A pesar de los malos ánimos que tiene la gente en general por esta serie, que sí, es verdad que es ‘súper’ idealista, y realista con lo justo; la verdad es que es una serie muy, pero que muy bien hecha. Más allá de los dramas personales típicos y no tan típicos, de que se metan con lo que no se tienen que meter (según quien lo mire, claro), por decir algo.
Es una serie a la que cuesta coger el ritmo, además de que la duración de cada capítulo es de una hora, algo que no es tan normal y suele dar un poquito de pereza. Pero vale la pena. Yo misma me he visto en la situación de casi rogar a mis allegados para que le den una oportunidad, tienes que ir con sinceridad y decirlo: al principio te va a costar, es una hora por capítulo, por favor, mira los dos primeros y ya me dirás. Y ya está, ya se han enganchado. Lo de las segundas oportunidades es lo que tiene, sobretodo con las series.
Se estrenó en junio del 2012. Jeff Daniels (que estrena este mes Dos Tontos todavía más Tontos) es el protagonista y líder de un equipo de redacción de noticias en una cadena americana en su papel de Will McAvoy. El resto del elenco, de un nivel más que respetable y admirable, está compuesto de: Emily Mortimer, John Gallagher Jr., Alison Pill, Thomas Sadoski, Dev Patel, Olivia Munn y Sam Waterston; con una colaboración especial y esporádica de Jane Fonda, quien ha ganado dos premios por este papel como Mejor Actriz Invitada. Por su parte, Jeff Daniels se llevó en la edición de 2013 de los Premios Emmy el galardón a Mejor Actor-Drama, por esta serie.
Según declaraciones del propio Daniels, la serie termina cuando tiene que terminar, sin necesidad de extender a tantas temporadas como ocurre actualmente con el general de la televisión. Daremos un veredicto propio cuando haya finalizado y sabremos si tres son más que suficientes. Esperemos que así sea.
Acaba de estrenar su tercera y última temporada. Algunos lo celebrarán y otros lloraremos, pero a estas alturas podemos decir que es una serie que vale la pena. Preparaos para sufrir con realidades y para alucinar con utopías profesionales, pero sobretodo, para disfrutar.