(Obra del escultor italiano Marco Perego)
En el año dos mil ocho
se atrevieron a esculpirte
muerta
la cabeza en un charco de sangre
por obra de un revólver homicida.
En el año dos mil once
decidiste
otra vez
fundirte en negro
(I don't wanna go to rehab
I said no, no, no)
Uniste índice y corazón
pulgar erecto
y te disparaste a conciencia
veintisiete veces.
Un buitre enorme lleva en el pico
ciento veinte mil dólares
con que pagar la primera fotografía de tu cadáver
auténtico.