No duré mucho no?, jeje acá vamos de nuevo con un film que en su momento pensé era lo nuevo de Jeff Bridges pero no, porque este buen hombre en solo un año nos aportó 4 títulos entre los que se hallan este y Crazy Heart por el cual ganó su Globo de Oro y el premio de los actores.
Como siempre aclaro no hay género que me atraiga más que una road movie, quizá sea porque ya sea que los guiones son vagos y sosos o sólidos y profundos, eso de viajar en ruta pasando por puebluchos insólitos es un sueño viejo y atractivo que tengo.
El argumento es simple, Carlton (Timberlake) es un muchacho que juega baseball pero que no está pasando por su mejor racha. Justo cuando su entrenador decide darle un ultimátum, su madre- una genial Mary Steenburgen- cae enferma del corazón y temerosa de lo que pudiera pasarle le pide encarecidamentea a su hijo que traiga a su padre al hospital o no se someterá a la operación que necesita. Así arranca el viaje hacia una de las ciudades donde su padre, también ex estrella del baseball, se encuentra de gira. Al viajecito se agrega también la ex novia ( la bellísima Kate Mara) del muchacho por lo cual el pobre de Carlton no sólo tendrá que lidiar con un padre evasivo y mentiroso sino con una historia amorosa no cerrada.
The Open Road es el típico film que uno quizá no pagaría por ver en cine pero que por alguna extraña razón vería incontables veces en la tele. Una comedia dramática que no destaca por un gran guión pero sí con unas muy buenas interpretaciones sobretodo de la otrora estrella juvenil quien se muestra bastante seguro en el papel y convence.
Cálida, convincente, con algunos tópicos que la hacen previsible pero entretenida. Sin grandes reflexiones, con algunas escenas exageradas y otras interesantes, como la intervención de Lyle Lovett y Harry Dean Stanton. Dirigida por Michael Meredith y dícese que producida Win Wenders es una opción para los días en que quedarse en casa es la atracción.