Un viejo hospital sumido en las tinieblas, qué mejor escenario para una cinta de terror sobrenatural en una clásica historia de espíritu vengativo. Da miedo pensar que harían algunos con esos componentes, pero en Gran Bretaña los saben tratar con estilo y sobriedad, y esta vez no ha sido la excepción. Que nadie piense que el dios del séptimo arte nos ha enviado por fin una obra cumbre del género, ni mucho menos, pero si una faena que aúna con eficiencia los sustos y la coherencia, dos conceptos que muy raramente van unidos. Mantenemos que no es una gran película, ni destacable, pero cumple su función con creces y con eso ya nos vale.

