El concierto en la Sala La Calle comienza más tarde de lo esperado, aspecto que al público entusiasmado no le importó en absoluto.
En la preparación previa tenemos ocasión de saludar a sus componentes y charlar un rato con Dominic Massó, uno de los fundadores y cantante del grupo y con Pau Eric, bajista. Inmediatamente se acercan a saludarnos el resto de los componentes: Tino Lucena, batería; Ferchu Vallejo, teclados y Juanda del Agua, guitarra. Nos atienden con serenidad y mucha educación para contarnos algo de su formación y trayectoria. Es sorprendente la altura y la presencia de los dos primeros componentes, parecen modelos de alta costura a pesar de su aspecto desenfadado. Sus estilizadas figuras se comen el escenario y como comprobaremos posteriormente, esta banda, con su buen hacer, trascenderá de él.
Una pregunta recurrente es de dónde viene el nombre del grupo, The Prussians, lo eligieron por su sonoridad durante el periodo del instituto.
Les preguntamos por sus referencias musicales y su evolución. Nos cuentan que sus trabajos anteriores, entre los que se encuentra su album debut, Mul Mul (2014), se enclavan dentro del indie-rock, pero con temas más bailables que este último, Karma (2018), cantado en inglés, y que es más reivindicativo y más íntimo. Estos aspectos que nos destacan antes del comienzo del concierto lo comprobamos al final cuando vemos la portada negra de dibujos étnicos de su nuevo disco, Karma (2018), grabado con el sello Sony Music Spain. Su gira ha comenzado en Suecia, continuando por Madrid, Valencia, Barcelona, Palma de Mallorca y así hasta llegar a Sevilla y el próximo día a Córdoba. Están imparables y sabemos que llegarán muy lejos.
Este disco, que trata temas cotidianos e históricos, con por su título abre el debate. En esta línea, Dominic interpeló al público durante el concierto: “¿Creéis en el Karma?” …Mientras sonaban las guitarras en una especie de infinito sonoro de envolvente misterio y el público respondía en alternancia y variedad.
Nos comentan que el cambio musical ahora se acerca más a sonidos del hip-hop, y tienen referencias musicales como Balthazar, The XX, o The Glass Animals
Todos los componentes están preparados para el arranque, las luces comienza a flashear al público que llena la sala.
“Soul” abre el concierto y el disco. Inteligente y catártica melodía musical, la primera concebida originalmente con piano y voz, habla sobre la soledad necesaria. La voz afinada, seca, desafiante y la vocalización del Dominic Massó, como de salmodia, nos recuerda a la de Jim Morrinson en su vertiente más ritual y dramática. Es un tema sobrecogedor y preludio de este magnífico concierto que continua con “Dangerous Road”, tercer tema del disco, con repetitivos ritmos y sonidos de intimismo casi místico.
Las siluetas del público se agolpan frente al escenario dibujando un horizonte oscuro tras el que se ve al grupo disfrutando, escuchamos “Man&Woman”, “Cold Trees”, “The place”, “ Drop the games”. No puedo hacer anotaciones en el móvil, estoy absorta en la música y en los músicos. La cámara me permite captar algo de lo que veo y siento. La música baila dentro e inmoviliza por momento a los asistentes, miro cerca y la gente no contacta entre ella, parecen abducidos. Presentan “Worlds End” y en la intro el vocalista habla del compromiso con el planeta y hace referencia a la catástrofe fluvial de Mallorca, el público aplaude.
En algunos momentos la música tiene algunas reminiscencias a U2, Radiohead, The Doors, y en la búsqueda de sonidos a El imperio del perro o el primer disco de Pony Bravo. Pero hemos de decir que The Prussians es sublime porque es experimental y atrevida en los sonidos, que han dejado de ser controlados por metrónomos y melodías base , convirtiendo este nuevo trabajo Karma en algo realmente soberbio.
Aunando su conexión personal y espiritual, basada en el equilibrio de todos los que conforman la banda y una comunión con los sonidos del movimiento del universo, este grupo consigue una fuerza y autenticidad diferente y conecta inmediatamente con el público,
El calor hace que el vocalista en un movimiento lento y seductor se quite la camiseta. No hay nada de provocativo, deshonesto o vulgar en su gesto. Deja ver su torso joven y bien formado, casi de un dios griego que va a entregarse a un ritual holístico. Y así es, suena
“The Hills” un tema joven y elegante que se inicia con un punteo de guitarra rítmico y pegadizo, simulando sonidos tribales. La guitarra se pega a su cuerpo y su brazo fuerte y tatuado la puntea dirigiéndose al bajo, a la guitarra, al teclado y a la batería. Conexión total. Este grupo tiene una carga energética y musical especial, y el público lo siente. Se percibe en el ambiente.
Escuchamos la letra de “Two stones”: “…we are wrong again, we are messing up our world. It is in our hands, to make things work again. Why don´t we make big cities breathe again…” ; y descubrimos el compromiso de sus letras que nos llevan a la reflexión. Buscan letras pegadizas y mensajes en inglés de fácil comprensión, como si pretendieran dejar huella en el espíritu y en la conciencia. Y creo que es lo que hacen, también con “Big world”. Es un mensaje directo, conciso y que conecta con el primitivismo mediante su música de experimentación electrónica, melodías vocales arriesgadas y sujeta a una pequeña improvisación.
“Alone”, envuelta en un lluvioso y silencioso paisaje de guitarras, nada triste, arranca los movimientos espasmódicos del público, que en momentos puntuales se detiene y levanta las manos. Parecen querer más.
Suena “Karma”, el tema que da título al nuevo disco, Karma y de forma inevitable nos lleva a pensar en la presentación de su videoclip. Un trabajo atrevido y misterioso, de una edición impecable. Montado sobre fondos negros, superposiciones de rostros, cambios de iluminación y un juego de máscaras fluorescentes; este se construye armónicamente con un ritmo frenético y adictivo de chasquidos musicales variados. Dirigido por Sofía Martel y Lluis Prieto, con una limpia fotografía, lo convierten en una pieza de belleza sobrecogedora e inusitada.
Cuidan lo que hacen y por ello ya han compartido escenario con Kaiser Chiefs y Franz Ferdinand entre otros. Y sabemos que Tino y Dominic, que son los primeros que formaron la banda, comenzaron grabando en Sevilla con el sello independiente Green Ufos, que ha abalado a grandes músicos desde sus comienzos y ha apostado por la música independiente.
Finalizan, cuando el público está eufórico, con “A stone”. Quizás la piedra sea el enigmático elemento en el que queda marcada la huella, el elemento que contiene el misterio de los tiempos, el peso de la vida y esté cargada de significados, esos sobre los que nuestros ancestros supieron edificar una civilización.
La música indie de The Prussians es diferente, inteligente y de auténtico directo. Habla mediante todo aquello que la ha hecho posible, de algo que es grande en si mismo: el pensamiento, la creación y la innovación para perseguir un sueño, remover y crear conciencia sobre el comportamiento del ser humano, del mundo.
Quizás esa fuerza musical y dinámica que mueve a esta joven banda sea su propio Karma, el de beber de las grandes fuentes e influir en las otras existencias musicales.
Así lo esperamos.
Un gran concierto en directo y una calidad humana que pocas veces respiramos en el escenario.
La entrada The Prussians, un concierto hipnótico se publicó primero en 8pistas.