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Seguramente la película más aplaudida del cine independiente durante el año 2018. Con los mismos protagonistas de la historia real en que se basa, es decir, actores no profesionales, nos pone en el pellejo de un domador de caballos y gran figura del rodeo que ha sufrido un accidente y nos hace vivir casi en primera persona su crisis personal. Primeros planos siguiendo al protagonista y otros generales para comprobar la belleza del entorno, lo que se pretende es que lleguemos a comprender su situación, su desesperación existencial al no poder hacer lo que quiere, su obligado replanteamiento vital para poder seguir adelante. Un retrato hecho con sensibilidad y cierto lirismo sobre un tipo y un mundo que no pueden permitirse ni una lágrima.