Roy Thomas vuelve como una tromba al personaje que lo hiciera famoso. Con el estilo habitual del veterano guionista, The Road of Kings contrasta con las historias que hasta ahora venían escribiendo primero Kurt Busiek y más recientemente Tim Truman. Su Conan es un locuaz bárbaro con botas y pantalones de pirata para cuyas aventuras Thomas ha recurrido al viejo método Marvel de escribir. Es decir, le ha dado al dibujante un argumento que éste se ha encargado de desarrollar y posteriormente el guionista ha añadido los diálogos. Esto desemboca en su acostumbrado gusto por las largas descripciones verbosas, las narraciones grandilocuentes y las constantes conversaciones en medio de las batallas. Por otra parte, Thomas demuestra que es un gran conocedor del universo creado por Robert E. Howard y ya empieza a trazar líneas que entretejeran la historia con aventuras pasadas y futuras del personaje, aunque no puede evitar caer en algunos clichés del comic-book que a estas alturas ya tendrían que estar superados. El dibujo de Mike Hawthorne (Queen and Country) es un paso atrás después de la excelente labor realizada por Tomás Giorello. Hemos de recordar, sin embargo, las críticas que recibió el argentino cuando sustituyó a Cary Nord al frente de Conan y cómo se ha ido viendo revalorizada la opinión que se tenía sobre su arte a medida que el dibujante ha ido ofreciendo cada vez mejores páginas hasta terminar en plena cumbre al cierre de Conan the Cimmerian. Por lo pronto, Hawthorne tiene un voto de confianza, y Thomas solventa la papeleta bastante mejor de lo esperado. Al menos supera lo que hizo en los 90 en Marvel, y la historia, salvo ciertos deslices de humor bastante inconvenientes, mezcla el tono adulto y la aventura de manera muy ajustada. Veremos qué deparan futuros números.
Fran G. Lara