Revista Cultura y Ocio
Llevamos mes y medio de este nuevo 2017 y para un servidor hay ya un disco situado en la pole position desde el 10 de este mes de febrero, cuando salió a la venta, y es el nuevo disco de la banda de Toronto, The Sadies. Nunca estaré suficientemente agradecido a mi amigo blogero 61 & 49 (que anda retirado de la blogería) pero del que pronto tendréis noticias frescas, por descubrirme en su día el talento descomunal de este grupo, que pude ver en vivo en la gira de su anterior y también magnífico Internal Sounds. Northern passages es el título del nuevo álbum, y la verdad es que lo de esta banda es increíble, ya que en su paleta estilística caben múltiples estilos, desde el folk-rock-country al surf, del garage al rockabilly, del bluegrass al punk, sonidos fronterizos de spaguetti western, o la psicodelia con momentos de bastante acidez por cierto. Los hermanos Travis y Dallas Good son unos musicazos, y unos enormes guitarristas, pero encima llevan la compañía de una base rítmica fuera de serie con Sean Dean al contrabajo y Mike Belitsky a la batería. Sus influencias de Neil Young, y de aquellos Buffalo Springfield, quizás sean las más interiorizadas y que salen a la luz con menor problema, además es lógico, son paisanos y le rinden pleitesía. También están ahí The Band, Byrds, Ventures, Pink Floyd, etc...
Estos días pasados fui adelantando un par de canciones extraordinarias del álbum, pero es que todo entero es maravilloso, y merecía hablar del mismo en su totalidad. Por cierto chapó a esa portada de Aurora Boreal preciosa.
Comienza el álbum con Riverview Fog es un medio tiempo de aire folk, melodioso tema, de una dulzura y una factura maravillosas y esas voces que te embelesan. Pero llega el cambio y en Another season again se vuelven furiosos, rockeros y con una fuerza descomunal, guitarras que corren a su antojo. There are no words sigue en esa onda fuerte del tema anterior, rockeando al estilo más salvaje de su compatriota Young. It's Easy (Like walking) con la colaboración de Kurt Vile precisamente se va al lado más acústico y melodioso de Tío Neil, pero con su propio sello, que en mi caso particular ha calado tan hondo que probablemente sea mi canción favorita hasta ahora. The Elements Songs es una soberbia canción con cambios de ritmo, un puente hacia el estribillo tremendo, y un estilazo que es para caerse de espaldas, temazo de tomo y lomo. Through Strange Eyes nos lleva al oeste americano, música fronteriza de raíz americana con ese banjo que suena de fondo, otro temazo al zurrón. God Bless the Infidels es un tema country-folk campestre absoluto, donde vuelve el banjo pero con un violín esta vez, que da ese toque perfecto. The Good Years es una delicia fabulosa, medio tiempo con aires folks, pero con un fraseo brutal y que pone la carne de gallina, si ya a estas alturas no has caído completamente en este disco, se me hace difícil ver la solución. As above, so below vuelve al tono onda Byrds, con esas guitarras que reverberan como lo hacían los californianos, buen tema sin duda. Questions I've never asked es apabullante, ya desde su inicio con esa caída de las guitarras a plomo, y sus solos posteriores bellísimos, que dibujan círculos de placer, en medio una aceleración bestial, y esa vuelta de tuerca de ritmo, enfureciéndose el final, otro tema muy favorito del disco, composición excelsa. The Noise Museum cierra esta pasada de trabajo, una canción instrumental con coros de viejos pistoleros al fondo, como en las mejores películas de Sergio Leone, donde las guitarras campan a sus anchas.
Hay veces que escuchas discos y dices, voy a darle otra vuelta a ver si escucho cosas que no he pillado antes, con The Sadies, si ya los conoces mejor, pero al oír un nuevo trabajo de ellos, ya sabes que te interesa, que hay mucha clase ahí y que, por lo menos en mi caso caes rendido a la primera.Muy difícil veo superar este fenomenal artefacto sonoro en este 2017, complicado.Os dejo con Riverview Fog, el tema que abre el disco.