Definitivamente, si vas al Museo de Sherlock Holmes, no puedes perderte su tienda. Para empezar, la segunda sala tiene un techo acristalado que no debes dejar de ver.
La mayor parte de la decoración es también muy característica, manteniendo el estilo del Museo. Pero es que además, seguro que encuentras el regalo perfecto.
No importa que andes buscando un oso de peluche, una taza, una boina, una pipa, una pintura, un juego o el típico recuerdo de Londres, ¡aquí lo tienen todo!
Yo aproveché que estuvimos haciendo cola para el museo para echarme un rato largo cotilleando qué vendían.
¿No es muy mono?
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