Neil Gaiman es único contando historias. Tiene ese toque especial que transporta al lector a un lugar junto a la chimenea donde, al calor del fuego, un anciano sabio relata cuentos a los niños que lo escuchan con la cara ilusionada. Tiene una elegancia literaria que embriaga al lector, y una imaginación desbordante que lo abraza y acompaña hasta la última página del libro.
Neil Gaiman es uno de los grandes escritores de nuestra época y aunque he tenido mis desavenencias con él (American Gods fue un gran fiasco) desde hoy, tras terminar The Sleeper and the Spindle, me declaro incondicional suya.
Quizá también influya haberlo leído en su inglés original, sin traducciones de por medio, pero me ha encantado su prosa. Espero que en la edición en castellano sepan transmitir esa sonoridad que otorga a las frases, a los párrafos. Espero que no maten su magia.
Si Neil Gaiman es un gran cuentacuentos, este libro es un cuento clásico-moderno. No se me ocurre otra forma de describirlo. Aúna muy bien dos historias que todos conocemos: la de la Bella Durmiente y la de Blancanieves, y a ambas les da un giro, una vuelta de tuerca impresionante que hará que dudemos de todo lo que nos habían contado hasta ahora. Y eso, no esperar el final y la forma de llevarlo todo a cabo, me ha enamorado.
Mención aparte merecen los dibujos, preciosas ilustraciones de figuras estilizadas, que nos acompañan en nuestra aventura con la Reina y los tres enanos que viajan con ella.
En definitiva: sí, leedlo. Si tenéis cierto nivel de inglés (tampoco os hace falta mucho, creedme), hacedlo sin intermediarios. Si no os atrevéis, hacedlo en su edición traducida; pero no lo dejéis pasar. Es tan breve que hasta podéis hacerle un hueco en cualquier momento, no más de un par de horas os llevará su lectura. Merecerá la pena. ¡¡Visita mi blog y déjame un comentario!!