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A la extravagante vanguardia de la ciudad de Las Vegas se suma un nuevo ícono: The Sphere, un estadio para albergar espectáculos y entretenimiento que se consolida como la construcción esférica más grande del mundo. El proyecto fue liderado por el grupo Madison Square Garden y sorprende por una experiencia inmersiva de tecnología e iluminación inédita.
Inaugurada el año pasado con un recital de la banda irlandesa U2, la instalación futurista cuenta con una estructura de 112 metros de alto por 157 metros de ancho. Con su morfología completamente esférica, uno de los mayores atractivos es su fachada exterior recubierta de una pantalla LED de 54.000 metros cuadrados, superficie que equivale a unas ocho canchas de fútbol.
Sobre una estructura de acero se disponen más de 1.2 millones de monitores digitales que se pueden programar para mostrar imágenes dinámicas a gran escala. Su ultradefinición de 16 K, traducida en 173 millones de píxeles, es la mayor resolución de cualquier pantalla LED del mundo. A su vez, la compañía emplea cámaras personalizadas para rodar las imágenes en formato extrapanorámico y proyección estereográfica, de manera de asegurar la nitidez de la imagen sin importar el punto de vista del espectador.
Diseñado como un espacio para conciertos, proyecciones y eventos deportivos, durante el día y la noche The Sphere ilumina la ciudad de Las Vegas como si fuera un planeta incandescente que proyecta animaciones espectaculares las 24 horas sin descanso.
Muchos de estos materiales son generados a partir del trabajo de artistas profesionales que exhiben su arte en el lienzo más grande y avanzando de la tierra. Desde composiciones digitales épicas hasta obras futuristas y surrealistas, ilustraciones en 3D y 2D, diseños paisajísticos e infinitos patrones de colores y texturas, son varios los artistas de todas partes del planeta que despliegan su innovación para generar piezas de arte rítmico que transportan inmediatamente a un viaje multisensorial.
La experiencia visual también se replica por dentro a través de una pantalla de 15.000 metros cuadrados de superficie que imita la forma en que ve el ojo humano. Para lograr esta innovadora hazaña, confluyó el trabajo de diseñadores de iluminación, científicos y arquitectos, unidos para consolidar una estructura 360 basada en fórmulas matemáticas centenarias y tecnología de última generación.
El proceso de creación de The Sphere implicó miles de ecuaciones para calcular el rendimiento óptimo de cada pantalla, combinando fórmulas estereográficas y de proyección de lentes para mapear imágenes que encajen perfectamente en la estructura curva.
Detrás del diseño y la ingeniería de las pantallas exterior e interior estuvo el arquitecto Miguel Montgivel, artífice de una de las instalaciones de luz más imponente de todos los tiempos que cuenta con algunos highlights a destacar:
_Muchas partes de Sphere se construyeron primero en realidad virtual, utilizando modelos informáticos de estructura claves para probar su resistencia y funcionalidad antes de su puesta en marcha.
_La estructura se basa en triángulos. Si se observa de cerca el esqueleto de Sphere, se perciben cientos de triángulos entrelazados que crean la forma esférica de este espacio inmersivo.
_Por las dimensiones del lugar, dentro podría caber la mismísima Estatua de la Libertad. El volumen de una esfera tipo se utilizó para calcular los metros cuadrados interiores del lugar y maximizar el tamaño de sus tecnologías inmersivas desde el plano LED hasta las más de 17.000 butacas.
Toda la iluminación se puede customizar según el tipo de espectáculo en cuestión con intensidad, color y temperatura variable. Cada disco LED contiene 48 diodos individuales que permiten mostrar 256 millones de colores y tonalidades diferentes. Esta tecnología LED no solo se limita a las pantallas, sino que se expande a la iluminación de toda la estructura, combinándose tiras de luces, apliques de pared y artefactos que cubren todos los rincones del espacio.
El objetivo es crear una experiencia de realidad virtual, pero sin anteojos, por lo que se utiliza un proyector especial que produce imágenes que envuelven a la audiencia de extremo a extremo. Además, valiéndose de tecnología 4D se pueden generar efectos ambientales como viento, cambios de temperatura y aromas.
El impacto se potencia con un sistema de audio único conformado por 164.000 altavoces capaces de aislar sonidos específicos e incluso limitarlos a ciertas áreas: mientras una sección de butacas puede escuchar diálogos en un idioma particular, otra puede disfrutar de un efecto de sonido complementario.
Este particular diseño de sonido utiliza una tecnología conocida como Wave Field Synthesis, basada en una cantidad de altavoces controlados electrónicamente para que la interferencia de sus ondas genere una experiencia acústica memorable. La cereza de la torta es un aislamiento acústico magnífico, de manera que la actividad del estadio no interfiere en la dinámica de la ciudad.
Además del calendario de eventos de espectáculo, el público puede disfrutar de la Experiencia Sphere, un programa de aproximadamente hora y media de duración que invita a vivir la experiencia inmersiva desde adentro. Luego de recorrer el espacio, se finaliza con la proyección de una pieza cinematográfica dirigida por el reconocido director y guionista estadounidense, Darren Aronofsky, autor de El cisne negro y La ballena, entre otros.
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