The spirit

 Título original        The Spirit
Año      2008Duración      103 min.País        Estados UnidosDirector        Frank MillerGuión        Frank Miller (Cómic: Will Eisner)Música        David NewmanFotografía         Bill PopeReparto       Gabriel Macht, Samuel L. Jackson, Scarlett Johansson, Eva Mendes, Jaime King, Paz Vega, Sarah PaulsonProductora        Lionsgate

A The Spirit le gustaban mucho los mininos

The Spirit es un misterioso detective enmascarado que se mueve entre las sombras de la ciudad donde se dedica a combatir el crimen, pero sobre todo a su enemigo nº 1 el malvado Octopus.
Frank Miller se lanzó a adaptar el cómic homónimo de Will Eisner de 1940 y lo hizo con las mismas armas con las que logró el rotundo éxito de Sin City.

Samuel, Scarlett y el que cantaba aquello de Opa voy a hacé un corral, que lo clonaron porque se les pego la canción

Pero esta vez la adaptación quedó como un batiburrillo incomprensible que deja al espectador más bien confuso y sin saber muy bien si está en unos años 30 avanzados tecnológicamente o en una época actual con toques retro y noir.

Samuel, enseñando su pistolón

El guión trata de meternos en una historia de detectives, policías, femmes fatales, villanos megalómanos... pero el resultado está muy lejos del esperado y ni la presencia de un reparto de campanillas hace que la cosa despegue. Uno se pregunta qué pintan ahí gente como Scarlett Johansson, Eva Mendes (la única que se salva), Jamie King, Paz Vega (?) o el mismísimo Samuel L. Jackson.
Y el protagonista es taaaaaan insulso. Ni chicha ni limoná. El personaje no dice nada y su carisma es inexistente. Por no hablar del actor que lo interpreta, cuya carrera tras esta película fue cuesta abajo, aunque a decir verdad tampoco es que antes fuera una carrera meteórica, era más bien del montón, pero supongo que tras The Spirit, el hombre esperaría dar el golpe y subirse al estrellato. Pero no.
La estética es completamente heredera de Sin City y The Spirit usa descaradamente los mismos elementos de sombras, blacos y colores, pero si en aquella destacaban por novedosos y originales, ese efecto se pierde aquí. Y a esa sensación de pereza buscar sinonimo contribuye también un vestuario y un maquillaje estrafalario y nada acertado que no hace otra cosa que chirriar.

Eva Mendes demostrando que no le cantaba la sobaquera

Al final si sumamos todo, queda un cúmulo de despropósitos que hacen de esta película una cinta aburrida, sin chispa ni gracia y con más cosas negativas que positivas.
Bastante mala.