Antes de seguir con Blood Truth, el libro que en teoría tocaba ahora, me di cuenta que me había saltado la lectura de este relato corto que en realidad era bastante antiguo. Se publicó originalmente en 2008, en la antología Dead after dark en la que también participaron Sherrilyn Kenyon, Susan Squires y Dianna Love. No es que sea muy importante porque es un relato independiente y, en realidad, sin saberlo, no he podido elegir mejor momento para leerlo por algo que contaré más abajo.
Argumento
Claire Stroughton es una abogada muy eficiente de un prestigioso bufete de Manhattan en el cual entró cogiendo el relevo del puesto de su padre. Acostumbrada a cuestiones de pugnas de grandes empresas, también tiene otras tareas menores como encargarse del cuantioso testamento de la anciana señorita Leeds, clienta que heredó de su padre. Su vida es su trabajo y no tiene ningún interés en buscar una vida familiar ni especial necesidad de un hombre en su vida. Así, frente al puente que le espera por el Día del Trabajo, su plan es tener una reunión con la anciana para revisar el testamento y volver pronto a la oficina para preparar un gran trato.
La anciana la recibe en su cama después de que el mayordomo Fletcher la pusiera sobre aviso de que se encontraba mal. Efectivamente, a todas luces la mujer está ya en el lecho de muerte pero lo que Claire no se imaginaba era lo que esa moribunda y su extraño sirviente tenían preparado. Después de decirle la anciana que quería que conociese a su hijo (primera noticia de su existencia al no mencionarlo ni una vez para el testamento) y darle un té con una droga que la duerme, Claire se despierta en una cama, en una celda a oscuras donde hay estantes repletos de libros clásicos, un gran escritorio y un baño en un lado. Pero no está sola allí abajo, en esa celda sin ventanas y sólo unas pocas velas para iluminar hay un hombre inmenso... encadenado.
El hijo de la anciana resulta ser un vampiro que lleva allí abajo más de cinco décadas, aislado de todo y al que se limitan a traer mujeres para alimentarlo durante un par de días al año y a las que luego borra la memoria. Pero Claire es distinta a todas las demás y es capaz de sobreponerse al miedo inicial para ver que es tan víctima de la anciana y el mayordomo como ella misma.
ReseñaLo primero que os debo decir es que os quedéis con el resumen que yo he hecho porque el oficial lleva a un error que cambia por completo el sentido de la historia. En el oficial parece que es el vampiro el que la encierra, decidme si eso no es cambiarlo todo. De un enorme Síndrome de Estocolmo tenemos a dos víctimas encerradas.
El relato es bastante breve así que no hay mucho que pueda contar sin destripar. De hecho, el argumento ya es bastante revelador del contenido. La estructura es muy sencilla: el encierro de ella, el miedo inicial, luego el entender qué es lo que hay allí con ella y que también es una víctima y la atracción que da paso a una bonita relación. Y es que el vampiro, que ni siquiera tiene nombre (¡Ay!), es un amor tímido, asustadizo y sensible. Claire será quien deba jugar el papel de heroína para salvarle empezando por algo tan sencillo como darle un nombre. Aunque precipitada, como casi todas las historias de esta autora, la relación que se establece entre ambos es una preciosidad, de lo más emotiva e intensa.
No obstante, no puedo evitar mencionar las lagunas de este relato. Para empezar se dice que le llevan mujeres humanas una vez al año y sin embargo su físico es el de un vampiro bien alimentado. Siempre se ha dicho que la sangre humana no es suficiente alimento para los vampiros y que la requerirían beber muy a menudo para sobrevivir, que era el caso de Zsadist antes de estar con Bella y, aún así, estaba considerablemente delgado. Luego, en su transición a vampiro tuvo que beber de una vampira o no habría sobrevivido. De hecho, en muchos libros se comenta esto, que incluso bebiendo de sangre fuerte (como Beth de la sangre de un vampiro sangre pura como Wrath) existe la posibilidad de que no sobreviviesen. Y hay una tercera y cuarta norma que se salta a la torera pero ya son más SPOILER: la tercera es que los embarazos de vampiros, ya sean mujeres humanas o vampiras, son de alto riesgo y aquí Claire, en el epílogo, ha tenido dos hijos y espera un tercero sin ningún problema ni asistencia específica. La cuarta norma sería que, al parecer, Claire no envejece gracias a que él le muerde ¿? Esto no tiene sentido, es la misma solución que tienen Manny y Payne pero es que ella es una semidiosa y tiene poderes especiales. FIN DE SPOILERS. Es decir, que para que el relato cuadrase la autora se ha saltado sus reglas esenciales en la concepción de su especie de vampiros. La verdad es que me pregunto si el relato no sería algo así como un borrador de su mundo de vampiros previo a hacer la serie, una idea que le rondase desde hacía tiempo o algo similar que recicló para la antología.
Y ya que estamos con los destripes, hay algo que me ha mosqueado bastante de su desenlace y eso es SPOILER que Claire decida dejar el bufete y el trabajo que siempre le ha apasionado y le ha dado vida para... convertirse en una ama de casa que como mucho gestiona el patrimonio de la anciana Leeds heredado ahora por su hijo. FIN DE SPOILERS. No puedo negar que esto me ha resultado bastante decepcionante. Las cosas no tienen que ser un todo o nada y aquí la autora peca de eso.
¿En cuanto a lo que dije más arriba de que lo había leído en el mejor momento posible? Pues quiero hacer mención a la descripción del pelo del vampiro: rojo y negro, una combinación única. Bueno, ¿única? No tanto. Aunque no sabemos quién es su padre vampiro de manera oficial, tal pelo es un rasgo muy distintivo de Murhder como bien sabemos por The Savior, así que es el candidato más posible de todos los que hasta la fecha han aparecido en la saga. De todos modos, quizás es mucho decir dado lo que comenté antes de que, en realidad, este relato no tenga nada que ver con la saga como tal y tal vez recicló este rasgo para Murhder años después.
En definitiva, un relato bonito, con momentos muy dramáticos por el pasado del vampiro sin nombre, escenas de buen sexo y cierta tensión por cómo será el desenlace. No obstante, la forma en que la autora echa a perder a la protagonista le quitan bastantes puntos.