Revista Cultura y Ocio
Cuando casi amenazábamos a cavar la tumba del viejo y trasnochado Rock and Roll, resulta que resurge de sus polvorientas cenizas, se sacude los restos dejados por algunos amantes incómodos, para retroceder en el tiempo, y reencontrarse con su mejor momento, aquel en que pasada la adolescencia USA, fue rescatado y revitalizado por un buen número de bandas británicas que, subidos a hombros de sus viejos ídolos (Muddy Waters, Chuck Berry, Little Walker, Bo Diddley, Howlin' Wolf...) reivindicaban el Rhythm and blues, desde una nueva perspectiva mas potente y descarada. Fueron los años dorados de los Stones, Yardbirds, Beatles, Dave Clark Five, Animals, o Kinks (por ejemplo), y ahora, medio siglo después, regresa con la misma fuerza y potencia de entonces, ignorando deliberadamente que en estos 50 años, ritmos como el Pop, el Rap, o ciertas influencias Dance, han intentado "contaminar" el espíritu del Rock, y lo mejor de todo es que vuelve de manos de cuatro chavales (ente los 15 y los 17 años) que decidieron juntarse en el insti para formar una banda, algo que (a priori), y tal y como van las cosas, uno pensaría en algo así como "One direction", pero ellos decidieron que preferían "molar" a ser lo mas "hype", y pasándose por el forro todo lo que tele y radio les proponía, decidieron elegir, diferenciarse del resto, con un sonido y una personalidad algo fuera de su tiempo. Amigos, el Rock no ha muerto, sigue muy vivo...pero no tiene edad para beber alcohol...
En un primer vistazo a su primer disco podrías pensar que vas a encontrarte con una banda de Rock de New York, algo así como los Strokes, jóvenes, serios, desafiantes, vestidos y peinados con cierto aire mod (tal cual parece que Astrid Kirchherr les haya cortado el pelo, al igual que hizo con Stu Sutcliffe en 1960, ese que un año mas tarde comenzaran a lucir los Beatles), y es que The Strypes ni siquiera son norteamericanos, vienen de Cavan (Irlanda), y se han sacado de la manga el que, posiblemente, sea el mejor disco de Rock de este año: "Snapshot", un verdadero trallazo de rabioso rhythm and blues, con una adecuada dosis de rock, infeccioso y energético, algo que ellos mismos denominan "speed blues". Dentro del mundillo profesional han sido toda una conmoción, Jeff Beck, Paul Weller, Noel Gallagher, Roger Daltrey, Miles Kane, Dave Grohl ó Elton John se han declarado fervientes admiradores de la banda, viendo en ellos a la “nueva esperanza blanca” de la música rock, y su primer disco viene de la mano del legendario Chris Thomas (productor de gente como the Beatles, Roxy Music, Kilburn & The High Roads, Sex Pistols...). Josh McClorey (Guitarra y coros), Pete O'Hanlon (Bajo y armónica) y Evan Walsh (Batería) estudiaban en la misma escuela de primaria, habitualmente se juntan la casa de Evan para escuchar música, recurren a los discos de su padre, un hombre joven que posiblemente debiera haber coleccionado discos de de The Smiths, Oasis, Pixies, Blur, Nirvana o Radiohead, pero no, este debe ser de los míos, y tenía un buen puñado de Lp's de los Yardbirds, Stones, Rockpile, Dr Feelgood, Bo Diddley, Howlin’ Wolf, Chuck Berry... En 2008 con una media de 15 o 16 años de edad, forman su primera banda de Blues, pronto se destacan del resto de grupetes escolares (cuya motivación musical no es otra que tocar pop para intentar ligarse a alguna moza), mientras que ellos, bebiendo de las fuentes originales de Blues y Rock (aunque todo empezó escuchando a los Beatles), se centran en mejorar y perfeccionar su técnica, tanto es así que en 2010, con la incorporación de Ross Farrelly (Voz principal y armónica), abandonan el colegio para tocar por los Pubs locales.
El cuarteto llama poderosamente la atención, a pesar de su juventud suenan tan bien que parece que llevan haciéndolo décadas, (posiblemente muchas de sus bandas de referencia no fueran tan eficaces con 16 años), parece imposible que estos pipiolos hayan perfeccionado tanto su sonido, y sin embargo así es. En abril de 2012 deciden auto-editarse un Ep con cuatro versiones de de clásicos del rhythm and blues titulado "Young, Gifted and Blue", con temas de Billy Boy Arnold, Slim Harpo y Eddie Holland, pero destacando por encima de todo el impresionante cover del tema de Willie Dixon, “You Can’t Judge A Book By The Cover”, que hizo popular Bo Diddley en 1962. Al día siguiente de su lanzamiento se convierte en nº 1 de Itunes Blues Chart, manteniendo el puesto durante seis semanas mas. Elton Jonh pone su mirada en ellos, y los ficha para su sello Rocket Music Management, aunque a final de año cambian a Mercury Records, quien les lleva de gira por Europa (como teloneros de los Arctic Monkeys) y Japón, donde fueron una auténtica revolución entre las fans niponas. Tras un par de sencillos y varias actuaciones en la BBC llega el momento de grabar un primer CD, y así nace "Snapshot", doce canciones llenas de energía y descaro, ocho de ellas de composición propia, y el resto, versiones de su repertorio habitual...pero ¿a que suenan the Strypes?...
Definir el sonido de the Strypes puede parecer fácil, sin embargo, con cada uno de los que hablo de ellos me da una definición distinta, hay quien los define como los Beatles (en su época de Hamburgo) tocando "a caraperro", otros ven el ellos a los Yardbirds, otros que son una mezcla de clásico rock and roll y blues, al estilo Chuck Berry, Dire Straits o In Rock de Deep Purple, incluso hay quien ve una vena de los Ramones en su manera de tocar. En efecto, entre su frenético repertorio hay de todo un poco, beat, rock, blues, garaje, e incluso punk-rock. En mi opinión, son básicamente una mezcla de the Yardbird y Dr. Feelgood (una apreciación que me hizo ver mi amigo Jorge), aunque el cantante pueda parecer una mezcla entre Keith Relf y Eric Burdon (por cierto, entre tanto talento, es quien mas pasa desapercibido, su voz necesita madurar...y tal vez algo de bourbon), y en ocasiones puede parecer que a la guitarra estuviese el mismísimo Jimmy Page, y el bajista es un fenómeno que, a poco que prestéis atención os va a dejar flipando (por cierto utiliza un poderoso Höfner, como el de Paul McCartney), mientras que Walsh se muestra como un Ringo Starr, batería eficaz 100%, sin virtuosismos ni rarezas. Son tan ofensivamente jóvenes como extraordinarios, no aportan un sonido nuevo (guitarras crudas, los típicos arreglos de armónica), pero rejuvenecen y dan excelencia a algo que nos gusta a muchos, saben lo que se hacen y lo demuestran en temas como "Mystery Man", une proto-punk al estilo de Dr Feelgood, al igual que "I Can Tell", que emula el estilo entrecortado,de Wilko Johnson, "Blue Collar Jane" (primer single con Mercury, que les abrió al gran público) que les acerca a los Yardbirds, "Angel Eyes" les acerca al blues lisérgico, "Rollin and Tumblin", que les hermana con los Stones, pero también se les ha llegado a comparar con Arctic Monkeys por como suenan en "What a shame", y mi favorita: "Hometown Girls", un sonido al que Ross Farrelly se refiere como que "apesta a sudor e inocencia adolescente", y donde el bajo de Pete O’ Hanlon habla como hacía años que no escuchaba, tal vez desde (salvando las consabidas distancias) la portentosa línea de John Entwistle en "My Generation", y decir eso de ello y es decir mucho.
Reconozco que me emociono demasiado con algunos "descubrimientos" musicales, pero es una gozada volver a tener esa sensación (cercana a la euforia) que te remueve por dentro, como cuando, de adolescente, rebuscaba entre las cajas de vinilos de las (añoradas) tiendas especializadas, y caía en mis manos un inédito disco de Roy Orbison, Buddy Holly o Dion Dimucci (por ejemplo). Cuando llegas a cierta edad (y tal como está el panorama musical actual) crees que eso ya no lo volverás a sentir, pero, a veces, vuelve a suceder. Ahora los mecanismos son distintos, paginas como Youtube o las redes sociales son esenciales para compartir y dar a conocer todo tipo de novedades, eso es fantástico. Aquí hay futuro amigos, a mi me han sorprendido por inteligentes, frescos, con una energía trepidante y muchas ganas de comerse el mundo, por el momento beben agua y no hacen fiestas en el backstage. Todavía les queda un largo trecho por delante, esperamos muchos discos, conciertos, y buena música...eso si la industria no los malea. Si eres fan del Blues, el rock, o un nostálgico que piensa que la juventud no tiene ni idea de música, este grupo ha llegado para hacerte volver a creer... yo ya he visto la luz, y tiene un sonido brutal!