Revista Cine
Director: Matthijs van Heijningen Jr.
En cierta forma no hemos terminado lo de las comparaciones cincuenteras/ochenteras. Vimos "The Thing from the Other World". Mucho antes, enmarcado en una retrospectiva que le dedicamos a Carpenter, vimos "The Thing". Así como para completar la cosa, ahora vemos la "The Thing" del 2011. La opera prima y, hasta el momento, única película del tal Matt..., uh, no escribiré su nombre de nuevo. Una especie de remake-precuela que, en palabras simples, resulta totalmente innecesaria. Cero aporte. Es una precuela porque, como bien sabemos, narra lo que ocurrió en la base noruega desde donde el perro huía al inicio de la de Carpenter. Es un remake porque cuenta lo mismo que ocurre en las dos versiones anteriores. Resulta que los noruegos encuentran una nave espacial y, cerca de ella, el cuerpo de su extraterrestre tripulante. Lo extraen del hielo. Se lo llevan de la base. Consigue escapar de su celda de hielo. Y después mata a toda la gente a su alrededor, transformándose, a veces, en sus imitaciones perfectas (así como para engañar a los incautos). O sea, lo mismo que en las otras películas, pero peor. Suspenso no van a encontrar; de hecho la película deliberadamente elude el suspenso, o a lo mejor es pura incompetencia de los narradores. La mítica escena de los exámenes de sangre acá es convertida en... en veamos quien tiene placas dentales... quien no las tenga, ¡podría ser el monstruo! (¿¿¿¿????). No se siente la claustrofobia del espacio cerrado; más aún, no se siente la intimidante presencia invisible (y, por lo mismo, omnisciente) del bicharraco, amenazando con surgir en cualquier momento, ni mucho menos uno se asfixia con la desconfianza del grupo porque, más que desorientación y confusión con la que podamos empatizar, lo único que vemos es una seguidilla de estupideces entre gente que nunca llegamos a conocer de verdad. Y justo cuando el director intentaba infructuosamente jugar a eso de ¿quién es el monstruo entre nosotros?, aparecen los militares gringos para cagarla a lo grande (hasta asesinan a uno de los que ya sabíamos que era humano de verdad) y volver al asunto este de matar al monstruo y esperar a ver quién será "poseído" nuevamente, para matarlo y esperar otra vez. Honestamente, creo que esta es la única vez que he sentido verdadera antipatía por Joel Edgerton, cuyo personaje, como los demás, es más plano que una tabla. Y el monstruo no da ni asco ni miedo, porque es una simple enredadera intestinal que grita y chilla durante todo el metraje, o sea, ni sorpresa causa.Para rematar la faena, aparte de ser un pésimo remake/precuela, un nulo aporte al asunto de La Cosa, la película en sí misma es mala y punto, pero no puedo decir que me sienta decepcionado, porque no esperaba gran cosa.Qué cansancio. Me voy a dormir.