Revista Cine
Título original: The Tortured
Año: 2010
Duración: 79 min.
País: Estados Unidos
Director: Robert Lieberman
Guión: Marek Posival
Música: Jeff Rona
Fotografía: Peter F. Woeste
Reparto: Erika Christensen, Bill Moseley, Jesse Metcalfe
La venganza es un plato que hay que tomar frío.
Se han hecho infinidad de películas que usan la venganza como hilo conductor de la historia. La venganza y la subsiguiente violencia que ella conlleva, en algunas ocasiones física y en otras psíquica, son una buena excusa para filmar todo tipo de tramas, a cual más truculenta. Parece que asistamos a una competición para ver quien la hace más gorda, más bestia o más vistosa. De todo esto sale ganando el espectador, puesto que en aras de conseguir sorprender al público, los autores de ese tipo de filmes van dando vueltas de tuerca continuamente, logrando productos de muy alta calidad.
En el principio de esta andadura hice una crítica de esa maravilla llamada I Saw The Devil (review) del coreano Kim Ji-woon, obra maestra en todos los sentidos y que retrata de manera descarnada el tema de la venganza. En ella, como en casi todas de este tipo de cine, llegamos a la conclusión de que tan perverso es el autor del hecho del cual se clama venganza, como del que decide, por su cuenta y riesgo, llevar a cabo tal acción.
El personaje que en un principio puede parecernos en posesión de la verdad, se pone a la altura de la alimaña contra la cual lucha. Se convierte así en una pelea de igual a igual, en la cual no se duda en usar cualquier tipo de medio para lograr el objetivo: conseguir el aniquilamiento del adversario, hacerlo añicos. Por norma general se usa erróneamente la expresión: cazar a su presa, cuando queremos referirnos a que el vengador captura al culpable. Eso pasaría en el caso de especies diferentes, como el león al antílope o como la rana a la mosca. En el caso que estamos analizando son de la misma especie, como el hombre contra el hombre, lo cual es más terrible puesto que las fuerzas estás más igualadas y la lucha, no lo olvidemos, es a muerte, con lo que sería más acertado decir: cazar a su adversario.
Otro tema a considerar es la motivación de la venganza. La más recurrente es el asesinato de un familiar, mayoritariamente el cónyuge. Supongamos ahora que la víctima es un niño de 6 años. Terrible. La empatía nos lleva a que nos pongamos de parte de la alimaña vengadora. Seamos sinceros, sentimos un alivio cuando vemos que se ha consumado la venganza y que ha sido aniquilado el culpable. Suerte que esto no nos pasa a nosotros. Cuando veo esos macabros desenlaces, no paro de preguntarme qué sentirán los supervivientes y cuanto tardaran en preguntarse: ¿y ahora qué?
Un joven matrimonio pierde a su hijo tras ser secuestrado éste por un asesino en serie. El desenlace final de dicho secuestro no hace falta que os lo diga. La justicia no siempre es justa, o como nosotros desearíamos. Tras superar el shock inicial y después de escuchar el extraño veredicto del jurado, la joven pareja decide hacer la justicia por su cuenta, y dicta su propia sentencia.
¿Por qué una película que lo tiene todo para triunfar, se queda a medio camino?, evidentemente es mi opinión personal. Voy a analizarlo. Los puntos positivos son numerosos y seguro que estaréis de acuerdo conmigo:
1º) El tema de la venganza por el acto más execrable que se pueda imaginar, el asesinato de un niño inocente.
2º) Por otro lado, y permitirme esta boutade, el asesino en serie es feo y repelente.
3º) Los productores son los mismos de Saw.
4º) Hay un cambio de guión al final que es sorpresivo y efectista.
Como he dicho antes lo anterior son simplemente puntos positivos, solo hace falta ligar todo esto, darle forma y es aquí donde esta cinta falla. Se le intenta dar un ritmo trepidante, consiguiendo esto sólo en ocasiones, con lo que la sensación de estar en una carretera con muchos baches es constante. Los personajes de los padres no son nada creíbles. ¿Con cuales nos quedamos, con las bestias en que se convierten al final, o en los amorosos y sensibles padres del principio? Por otra parte, da la impresión que se ha montado toda la película en torno a la sorpresa final indicada, cuando en realidad tendría que ser parte de la misma. No puedo extenderme más para no mostrar más de lo necesario, pero el guión es totalmente mejorable, también en la parte final. Como viene siendo habitual, sobre todo en cintas no especialmente brillantes, lo mejor reside en el malvado, aquí está muy bien conseguido. Las escasas escenas de acción están bien resueltas y son muy efectivas, y los efectos especiales resaltan sobremanera la violencia gratuita que desborda a veces la película. En cuanto al resto, por desgracia, nada que destacar.
Sobrevalorada película estadounidense, que cuando acaba te deja la sensación de que, todo y ser efectista, no es totalmente sincera. Tened en cuenta que la venganza es un plato que ha de tomarse frío, y aquí esto no pasa.
Firma: Josep M. Luzán.