Un interesante disco debut y un segundo álbum más complejo y difícil. Este ha sido el balance de The Twilight Sad a lo largo de sus casi diez años de carrera y que acaban de perfilar su tercer trabajo de estudio bajo el título No One Can Ever Know.
Tenso y brillante, los escoceses van desgranando un shoegaze a golpe de rock sucio y capas de sonido de alta factura. Diez temas, incluido el bonus track A Million Ignorants, donde han contado en la producción con Andrew Weatherall (que ya trabajó con Primal Scream y Beth Orton) para introducir sintetizadores analógicos en No One Can Ever Know.
El resultado es bastante notable.
“Don’t look at me…”
The Twilight Sad – No One Can Ever Know (2012)