The Ultimate Warrior, mal traducido en España como El Último Guerrero, falleció ayer en Fénix, Arizona, a los 54 años. Para muchos será probablemente un total desconocido pero para los fans del wrestling y para los jóvenes españoles de treinta y tantos es una leyenda.
Allá por los primeros años noventa, Telecinco emitía los sábados por la mañana el programa Pressing Catch que retransmitía los combates de la WWF (World Wrestling Federation) actualmente WWE. El programa popularizó el wrestling, la lucha libre americana. El luchador más famoso y que expandió el wrestling por todo el mundo era Hulk Hogan. Sin embargo, todo gran campeón necesita un rival y por entonces, el gran rival de Hogan era nada más y nada menos que El Último Guerrero de ahí que se hiciera tan conocido en España.
El comentarista del programa, Héctor del Mar, dio a conocer el mítico “Baile de San Vito” que hacía El Último Guerrero cuando de repente recobraba las fuerzas y se disponía a ganar el combate. Además, su manera de llegar al ring en una carrera frenética desde los bastidores, enloquecía a la grada. Por estos detalles, este luchador, se hizo muy famoso. Como fan del wrestling, debo decir que no tenía unos grandes movimientos de firma e incluso su movimiento final era un sencillo splash, aunque su carisma le hacía diferente. Esa manera de llegar al ring, la energía y, cómo no, el “Baile de San Vito” le hicieron especial. Su combate más importante, coincidió con el boom del wrestling en España. El 1 de abril de 1990 en el SkyDome de Toronto (Canadá) se celebró WrestleMania VI. Hay que recordar que Wrestlemania es el evento principal de wrestling de la WWF (actual WWE) y se celebra una vez al año. Así, en WrestleMania VI el combate principal de la velada fue The Ultimate Challenge (El Desafío Definitivo), con el título mundial de Hogan y el título intercontinental de Warrior en juego venciendo The Ultimate Warrior y convirtiéndose en el primer luchador de la WWF en tener el WWF Championship y el Intercontinental Championship al mismo tiempo.
Poco tiempo después, el programa dejó de emitirse en España y El Último Guerrero, empezó a tener problemas con la dirección de la empresa por temas de derechos de imagen. Acabó marchándose de la compañía para pasar a otras empresas (como WCW) donde su papel sería menor. Pasaron los años y su carisma seguía intacto y es por eso que tantos años después, todos le seguimos recordando. Sin ser el mejor luchador ni el que más campeonatos ganó, consiguió pasar a la historia.
Paradójicamente, el pasado sábado apareció en WWE para ser inducido en el Salón de la Fama de la WWE, la empresa de wrestling que le dio a conocer.
Desde aquí un homenaje a Warrior, pues Jim Hellwig (su verdadero nombre) cambió legalmente su nombre a Warrior en 1993 para seguir protegiendo sus derechos de imagen.