Revista Cine
El tercer capítulo de la quinta temporada de Doctor Who no me ha gustado. Nada. Evidentemente era un capítulo necesario para traer de nuevo y rejuvenecer al enemigo por antonomasia del Doctor, los Daleks pero la forma en la que se ha hecho no me ha parecido buena y el capítulo se me ha hecho aburrido.
En este capítulo Amy y Once viajan al pasado. Al Londres de la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos constantes y Winston Churchill. Ese personaje histórico aparece en el capítulo. Churchill llamó al Doctor para consultarle sobre una nueva máquina de guerra, pero el Doctor llega con un mes de retraso. Esta TARDIS está fallando mucho ¿no os parece?
Winston les presenta a la maquinaria de guerra que hará morder el polvo a los nazis. Un científico de la época, el profesor Bracewell, ha construido el arma definitiva, un dalek. El Doctor no da crédito a lo que ve. Los Daleks no le reconocen y él intenta, pegándoles (momentazo) hacerles recordar quien es él y quienes son ellos.
"You are my enemy! And I am yours! You are everything I despise! The worst thing in all creation. I've defeated you time and time again, I've defeated you. I sent you back into the void! I saved the whole of reality from you! I am the Doctor! And you are the Daleks!" La frase de los daleks de «I am your sol-diiiier» es brutal. Además con esa voz metálica cercana al chirriar me hizo mucha gracia. Aunque lo mejor es ver a los daleks servir té, es lo único que salvo de todo el capítulo. Churchill y el Doctor en el búnker de guerra mientras los daleks serviles les ofrecen té. Impagable. Los daleks al igual que el Doctor son unos supervivientes natos, siempre queda alguno que consigue recuperar la gloria del imperio. Parece increíble. Con la de veces que el buen Doctor ha terminado con ellos siguen apareciendo una y otra vez.
La historia del profesor Bracewell es bastante triste, tiene un final feliz pero creo que podrían aprovechar más esta parte de la historia. El componente humano se pierde en este capítulo a favor de la espectacularidad y creo que eso le resta credibilidad a la historia y le hace perder fuelle a medida que avanza la trama.
El Doctor descubre que todo ha sido un engaño de los Daleks para hacer resurgir su raza. Que lo único que necesitaban era que el Doctor los reconociese como daleks. Cosa que logran y aquí viene lo que más me ha molestado del capítulo, esa nueva evolución de los malos malísimos, cinco nuevos Daleks todopoderosos y de colorines. Parecían los Power Rangers. Entiendo que lo hayan hecho, todo es nuevo en esta etapa y los daleks necesitaban con urgencia una revisión y ponerse a la altura de este nuevo Doctor pero ¿tenía que ser de forma tan chapucera? ¿Tan carente de emoción? Esa es una de las cosas de las que peca Moffat, no tiene sentido de lo mítico. Aquí falta emoción, la idea de crear una leyenda, de dejar un legado.
Creo sinceramente que el personaje de Churchill está poco aprovechado, la idea de robar la TARDIS para vencer a los nazis daría mucho juego, ojalá eso pase algún día y el Doctor se vea obligado a reescribir la historia. Amy en este capítulo no me parece que haga mucho, simplemente pasearse alucinada al lado de Churchill. El punto de interés viene dado por su “olvido”. No recuerda a los daleks y debería hacerlo. Eso es muy interesante pero seguro que no sabremos la razón hasta el final de la temporada. Tampoco entiendo porque enfocan tanto a la señorita Breen si al final su historia pasa como un fantasma. Para eso que no me contasen nada. Parece que quieren darle importancia pero ¿por qué? Luego su historia desaparece totalmente.
En cuanto a la actuación de Matt Smith creo que el punto cómico lo tiene muy bien trabajado, pero el aspecto dramático no. No es tan intenso ni profundo como lo fueron Tennant o Eccleston y eso le resta fuerza. Veremos como se va amoldando el chaval en los siguientes capítulos.
Seguimos la pista de la misteriosa grieta. Al final del capítulo de nuevo. ¿La visteis?
Espero mucho del siguiente capítulo. River Song, los ángeles llorones. Promete.