La semana pasada en The Walking Dead Rick y los suyos llegaban a Alejandría, un nuevo lugar con pintas de ser el hogar definitivo. Poco a poco iban investigando el terreno y conociendo a todos los miembros de la comunidad. Sin embargo, ¿será todo tan idílico como parece? Si quieres saber lo sucedido, al detalle, en este episodio número trece titulado "Forget", sigue leyendo pero ¡¡alerta spoilers!!
El capítulo comienza con Sasha malgastando balas disparando a fotografías enmarcadas. Parece que la chica quiere borrar todos los recuerdos, aunque sean ajenos. Mientras tanto, con la excusa de que han salido a practicar para que Carol aprenda a disparar, Rick, Daryl y Carol conversan acerca de un plan: pretenden coger a escondidas algunas armas de la armería de la comunidad. Asimismo, se percatan de que uno de los caminantes tiene una W marcada en la frente, ¿qué significa esa señal?
Daryl sorprende a Aaron espiándole, aunque él se defiende argumentando que simplemente estaba cazando conejos. De repente se encuentran un caballo, Daryl está dispuesto a cogerlo pero llegan unos caminantes y los espantan. Continúan con la búsqueda del paquidermo y Aaron aprovecha para sacarle conversación a Daryl e intentar averiguar las intenciones del nuestro arquero. Desgraciadamente, cuando llegan a tener otra vez cerca al caballo, unos caminantes le acorralan y le arrebatan la vida.
Michonne y Rick reciben las últimas instrucciones por parte de Deanna, su misión es proteger a la comunidad pero especialmente a los niños. Vestidos con uniforme se encargarán de patrullar por el vecindario y de resolver los conflictos que puedan surgir. Algún día se establecerá un gobierno y Deanna parece que quiere contar con ellos.
Por iniciativa propia, Rick y Michonne proponen situar a varios vigilantes en la torre y Sasha se ofrece a ello. Pero a cambio, Deanna quiere que vayan a su casa para disfrutar de una cena de bienvenida. Como todo el mundo asistirá a la celebración, Rick y Carol aprovecharán esa noche para llevar a cabo su plan y acercarse a la armería. Carol será la encargada de ejecutar la idea, por fin ha logrado volver a ser invisible aunque ya sabemos que es muy fuerte y astuta y así lo ha demostrado con su evolución, ¡lo que engañan las apariencias!
Cuando Carol va al almacén a por provisiones, aprovecha para abrir el pestillo de la ventana que da directamente a la armería. Obviamente, lo hace disimulando para que nadie se de cuenta. Así pues, mientras todos disfrutan de la fiesta, Carol acude al almacén y coge "prestadas" unas cuantas armas pero también chocolate, el dulce que no nos lo quite nadie.
Sin embargo, para su sorpresa, el pequeño Sam le ha seguido. El niño perseguía a Carol con una sola intención, que le haga más galletas. El pequeño no esperaba que Carol acudiera al almacén y mucho menos que robara armas así que se lo tiene que contar a su madre pero Carol le amenaza, si cuenta que la ha visto ahí, un día despertará muy lejos de su casa. Concretamente, estará atado a un árbol a miles de kilómetros donde nadie le pueda socorrer y los monstruos (entiéndase caminantes o zombis) le atacarán. Pero si no dice nada, vivirá tranquilo y tendrá montones de galletas.
Al mismo tiempo, Daryl, que no ha sido capaz de entrar en la fiesta, es invitado por Aaron a cenar a su casa. Aaron y Eric aprovechan la velada para ofrecerle una motocicleta, aunque tendrá que reconstruirla antes porque la va a necesitar. Pero el presente es un regalo envenenado ya que Aaron quiere que Daryl sea el nuevo reclutador para Alejandría. No quiere que Eric arriesgue más su vida, sin embargo, tampoco es que la vida de Daryl no le importe sino que sabe que nuestro arquero puede valerse perfectamente por él mismo ahí fuera. Pero sobre todo le quiere a él porque Daryl sabe la diferencia entre una buena y una mala persona.
Este nuevo capítulo de The Walking Dead, además de demostrarnos que nuestros protagonistas se están adaptando muy bien a su nuevo hogar (excepto Sasha que no logra olvidar el pasado), nos deja esa cierta desconfianza que todavía tienen Rick, Carol y Daryl. A pesar de que hasta el arquero ha aceptado integrarse en la comunidad, no dudan en robar las armas por si las tuvieran que utilizar para defenderse. No obstante, en el ambiente se respira una paz y armonía nada comunes... ¿Seguirá siendo la estancia en Alejandría tan idílica como hasta ahora? En los próximos capítulos lo descubriremos.