The Walking Dead: a este zombie ya lo ví

Aviso: no se han tomado en cuenta los comics para esta reseña.

Los zombies ya no necesitan abogados defensores. Han pasado de ser un radioactivo producto de marginales estudios italianos, a parte de una nueva moda pseudo gore que a veces da excelentes productos, como Dead Set y otra buena cantidad de enlatados reiterativos. En el medio, hay algunos productos de calidad, pensados más seriamente, aunque igualmente encerrados en los esquemas esperables de su temática. En mi humilde opinión, The Walking Dead ingresa en esta categoría. Es buena? Sí. Es innovadora? Para nada. Eso importa?. Y si su intención no es innovar, bueno… podría ser peor!

Es cierto que no hay muchas opciones, que la historia arquetípica del holocausto zombie tiene una cantidad relativamente limitada de variables, una cierta necesidad de clichés y a la vez un atractivo que las productoras a veces saben explotar muy bien. The Walking Dead (TWD) se convirtió rápidamente en un fenómeno de masas, quizás con una gran cuota de hype mediático a su favor y de buen marketing a la orden del día.

Yendo a la historia en concreto, hay una serie de cuestiones narrativas que hacen recordar automáticamente y con cierto descaro a otras producciones zombies, pero tampoco seamos histéricos en este punto. El descubrimiento del protagonista respecto al mundo que lo rodea no deja de ser casi calcado al de la secuencia inicial de 28 Days Later. Démosle el beneficio del homenaje, aunque sea para un momento tan fundamental en la construcción de la historia como es su presentación al televidente. En otras palabras, un comienzo así de igual es la salida fácil, pero tampoco es tan grave. Lo que sí suma al comienzo de TWD es la selección cuidadosa y bien dosificada de elementos para introducirnos al universo previo a la plaga e inmediatamente posterior. Vale destacar la tirante escena del protagonista, Rick, enfrentado a la niña zombie, la buena escena de persecución y tiroteo y el despertar en el hospital, con un lento escape que destruye los nervios. Lamentablemente, y, otra vez, dicho de forma absolutamente subjetiva y por lo tanto discutible, esa sensación de desesperación en la escena del hospital, casi desaparece con el correr de los seis c

apítulos que componen esta primera temporada.

El clima de la serie en general es, quizás, un poco más naif de lo que podría. Exceptuando las escenas de escape de los zombies y otras persecuciones bien logradas, intensas y atrapantes. Quizás sea en la chatura de algunos personajes o en el permanente cliché de sus acciones dentro de la serie, pero cierto grado de “fin del mundo” parece olvidarse en varias ocasiones.

TWD está bien estudiada, eso sí. Todo parece pensado efectivamente para un objetivo, pero en ese estructuramiento es cuando queda en evidencia lo artificial de algunos personajes. Tal grado de obviedad se le podría achacar, incluso, a series fascinantes como Lost, pero en el caso de TWD el cliché de los personajes queda a veces demasiado en evidencia ya que la historia es también un deja vu sin demasiadas sorpresas.

Los personajes del grupo de sobrevivientes son un habitual abanico de reparto de serie moderna estadounidense. Todos son “personas de carne y hueso”. Con buena puntería para los disparos. Es entonces que TWD realmente tiene calidad, pero tampoco se le pueden adjudicar demasiados elementos que la separen de otras buenas producciones, es del montón, aunque de un montón digerible y disfrutable en ciertas proporciones.

Pero sí, ha sido admirada de forma casi multitudinaria, asi que invito a todos los que opinen diferente en cuanto a estas salvedades, y desde ya que serán bien recibidos los comentarios a favor de esta, repito, buena pero usual producción televisiva.

Título original: The Walking Dead
País: USA
Año de emisión: 2010
Cadenas: AMC/FOX
Creadores:  Robert Kirkman (comic)/Frank Darabont
Número de temporadas: 1
Cantidad de episodios: 6 (hasta el momento)