The way back, Una vuelta innecesaria

Por Nacho Cañas.

"The way back" cuenta la historia de Jack Cunningham, un trabajador de la construcción que lo perdió todo: una beca completa de baloncesto para la universidad, una mujer y la oportunidad de una vida con éxito. La ex-estrella del baloncesto ahora es un hombre de mediana edad que se enfrenta a sus peores temores a diario, lidia con sus problemas y tragedias siempre con el alcohol como único aliado. Un día, el pasado viene a buscarle y le pide que trabaje como entrenador de baloncesto en la misma escuela secundaria en la que jugó.

Ben Affleck entró en rehabilitación hace unos años y eligió este papel como parte de su terapia. Al menos eso dijo Affleck al New York Times “Hay mucho alcoholismo y enfermedad mental en mi familia. El legado de eso es bastante poderoso y, a veces, difícil de sacudir”. Se nota su implicación en el film, así como que la trama y la película se construye y sostiene en torno a él.
Esta razón se entiende algo más cuando ves la película, ya que, en todo momento esta parece un escaso proyecto para alguien de la talla de su protagonista. Gavin O'Connor repite dirigiendo con su actor favorito desde “El Contable”. La dirección es buena, con primerísimos planos que muestran de manera sórdida el alcoholismo y con descripciones de costumbrismo que carecen de interés, al ser esta una historia de superación ya vista cientos de veces anteriormente.
The way back, Una vuelta innecesaria

El sonido de "The way back", sin embargo, destaca por encima de todo lo comentado anteriormente. La música, llena de tensión y con todas las emociones que el argumento no logra transmitir, se sitúa como lo mejor de la cinta. Una escena tan normal como entrar a un pub y beberse una fría pinta se convierte en toda una epopeya gracias a Rob Simonsen, que repite también proveniente de la película “El Contable”.

En definitiva, "The way back", al estrenarse en EEUU justo antes de la crisis del coronavirus no pudo recaudar apenas la mitad de lo invertido. Sin embargo, incluso en una situación normal, no le hubiese augurado muchas mayores cifras. Se puede definir como una película de tarde de después de comer vitaminada, debido a su dirección, la actuación de Ben y la música, pero con un argumento más que flojo y mil veces visto de superación personal, donde un puesto pequeño sirve como trampolín a la mejora personal.