¿Normal si subes al autobús y encuentras a un grupo de chavales chillones y maleducados intentando ligar, peleando y jodiendo al personal? Si vives en el Bronx SI, pero supongo que te ha tocado ver algo parecido en algún otro lugar. Seguramente te preguntarás qué sucede con la juventud de ahora pero en realidad no es nada nuevo.
El guión fue escrito por Michel Gondry, Paul Proch y Jeff Grimshaw, pero todo se le ocurrió a Gondry mientras colaboraba a en un taller de arte en el Bronx, específicamente en una comunidad llamada The Point , lugar de donde son originarios todos los personajes que aparecen en esta cinta que relata el viaje de vuelta a casa en su último día de clases.
La línea de autobús BX66 nos lleva durante hora y media por un trayecto que recorre el sur del Bronx. Los personajes aparecen poco a poco y sus historias se van contando mientras van llegando a sus hogares.
Gondry eligió chicos sin experiencia, no son actores profesionales, lo cual le añade un toque de realismo. SI hay un guión, SI se sigue una línea pero se hace de verdad, desde lo que son cada uno de los personajes y esa personalidad también influye en la historia.
Es mucho más que una historia, son muchas historias entrecruzadas de un grupo de personas que luchan por ser auténticas pero que también quieren encajar. Es la historia de nuestras vidas, hay que ganarse un sitio en la manada pero sin parecer que vamos dentro de un rebaño.
El centro de atención son los dramas adolescentes, pero se asoman las historias de otros pasajeros que intervienen también como jueces de las actitudes de los críos, observan y critican.
El tema central es finalmente el hecho de que todos somos uno por dentro y otro por fuera y lo único que buscamos es lo que nos haga felices. La adolescencia es precisamente la etapa en la que estamos descubriendo eso.
Gondry ha metido en esta historia muchos elementos actuales que son factores importantes en el comportamiento de los más jóvenes. El bullying, la enajenación con los teléfonos móviles e incluso la influencia de la tecnología. Utiliza estos elementos para ilustrar los relatos y darles ese toque especial que sólo él sabe dar.
El manejo de la cámara, los planos, la fotografía y la agilidad de los movimientos, logra que no nos sintamos encerrados en el bus, fluimos en su interior. La banda sonora es otro detalle q nos mantiene atentos y nos distrae del encierro.
A diferencia de otros proyectos de Gondry, esta cinta no tiene los efectos ni la magia visual que lo caracteriza, es un retrato visto en otra perspectiva de los estereotipos y clichés de la adolescencia bronxiana.
Es una peli muy de autor y bajo presupuesto y por lo mismo no será un éxito de cartelera pero es digna de nuestros ojos y Gondry pesa en nuestras cabezas.