Revista Libros
En The White diamond, la películas que vamos a ver esta noche en Primer Plano en este mes dedicado al cine documental, el alemán Werner Herzog agrega una pieza más a su colección de aventureros excéntricos. Su nueva adquisición es Graham Dorrington. Dorrintong es inglés, es ingeniero aeronáutico y condición sine qua non para ser socio del club Herzog tiene una idea fija: sobrevolar la jungla de Guayana a bordo del dirigible que él mismo diseñó y fabricó en un hangar de las afueras de Londres.
Como buen obsesivo Dorrington irrita y conmueve, puede que en su disciplina sea una luz, pero lo que Herzog filma de él es su entusiasmo infantil, monomaníaco y los pozos de oscuridad donde se hunde en sus ratos libres pero el personaje está a la altura de la misión, sobre todo de su novedad y sus peligros. Nadie ha sobrevolado antes esa región, nadie, tampoco, la ha filmado y nadie asegura que la nave llegue a buen puerto. Desde la tragedia de Hindenburg en 1937 la palabra zeppelin es sinónimo de peligro, de anacronismo romántico y en el caso de Dorrington de tragedia personal. Diez años atrás, otra nave aérea diseñada por él llevó a la muerte al camarógrafo y amigo que lo acompañaba. El detalle es la cereza de la torta, condimenta de culpa y voluntad de redención una misión que de por sí ya es bastante incierta.
Herzog sigue a Dorrington sin juzgarlo, dejándose arrastrar por su obstinación y encarnizamiento, a lo sumo recordándole lo que el ingeniero ya ha olvidado, por ejemplo el accidente que le mutiló la mano izquierda a los catorce años cuando lanzaba su primer cohete doméstico. Filma los preparativos de la empresa con paciencia y respeto; y en Guayana, deslumbrado por la naturaleza descubre y se entrega al verdadero tema de la película: el encuentro entre dos obsesivos (el aventurero inglés, él mismo, aventurero de la imagen) y la comunidad de nativos que han contratado para ayudarlos. De ahí, de ese puñado de mineros rastafaris (llamados a ser meros personajes secundarios) vienen las revelaciones más inesperadas y bellas del film: el título que compara al dirigible con un diamante blanco y la vibración de un mundo imaginario local que lo cambia todo y lo vuelve todo doblemente apasionante.
Presentación realizada por Alan Pauls en noviembre de 2011 en el ciclo dedicado a los documentales en Primer Plano I.Sat.
Transcripción del siguiente enlace audiovisual: https://www.youtube.com/watch?v=WmnWzip9hw8