En muchas ocasiones se utiliza el término "super-banda" de forma gratuita. Con que un par de miembros hayan formado parte, durante 5 minutos, de la reencarnación más lamentable de cualquier formación con un mínimo de relumbrón, la prensa musical -muchas veces influenciada por la hoja promocional de turno- cae en la tentación de echar mano del sobado término. Con Winery Dogs no hay lugar a equívoco. Con tíos del pedigreé y currículum de Sheenan, Kotzen y Portnoy, estamos en una conjunción de primeras espadas en toda regla. Llevan un par de entregas a sus discográficas -que no me he molestado en escuchar- que han gustado bastante a la parroquia amante del onanismo rockero. ¿El invento funciona en directo? Let's Andreu from Sabadell do the talkin':
Los Winery Dogs del siempre inquieto Mike Portnoy nos volvían a visitar para presentar su segundo trabajo "Hot Streak".La velada prometía emociones fuertes, ya que como teloneros se presentaba una nueva banda- sin todavía disco publicado-: los británicos Inglorious, formación capitaneada por Nathan James, antiguo cantante de la Transiberian Orchestra. Abrieron con "Until I Die", y con esta canción ya pudimos comprobar que chorro de voz tiene Nathan, torrente que ya quisiera para él David Coverdale. Espectacular… En su set dieron cuenta de varias canciones de su primer trabajo todavía no publicado, acompañando con tres covers de sus bandas favoritas e influencias musicales más que evidentes : "I Surrender", "Fool for Your Loving" y "Lay Down Sit Down". Alucinantes. Una actuación de 45’ con un muy buen sonido que se nos hizo corta y que confirma a Inglourious como la (nueva) gran promesa británica del hard rock. Ese buen sonido de los teloneros, según una teoría de un colega, siempre suele perjudicar a la banda principal, al querer aumentar el volumen de los instrumentos para sonar más fuerte y potente que la banda telonera.Y así sucedió en las primeras canciones, en la que el sonido era demasiado fuerte y no se podía apreciar con claridad la voz de Ritchie Kotzen, cosa que se fue arreglando en a medida que transcurría el concierto. Atacaron con "Oblivion" y "Captain Love" de "Hot Streak", a la que seguiría "We Are Love". Un muy buen comienzo en la que la maquinaria sónica de Winery Dogs nos dejó sin aliento, porque si Ritchie Kotzen es un mago de las seis cuerdas – que recital nos dio-, la base rítmica con Billy Sheenan y Mike Portnoy tira de espaldas. Si bien el prolífico batería estuvo más contenido en su actuación, el Sr. Sheenan nos ofreció también un recital de cómo tiene que sonar un bajo. Acabaron su actuación con un trio de canciones insuperables de su primer trabajo: "Elevate", "Regret" y "Desire", con toda la sala Apolo rendida a sus pies. Un muy buen bolo en el que saboreamos, por un lado, el hard rock más añejo de Inglourios y, por otro lado, con un trio de músicos en pleno esplendor como Winery Dogs que nos ofreció un recital de virtuosismo.
Andreu from Sabadell