Revista Cine
Director: John Ford
"The wing of eagles" es otra de las películas que casi no pude ver (y por ende comentar) debido a las dificultades técnicas, pero ya ven que acá estamos enmendando los errores pasados, la falta de previsión y cuidado. Hecha el mismo año que "The rising of the moon", podríamos decir, así muy a la rápida y a la ligera, que "The wing of eagles" es una suerte de mezcla entre "The long gray line" y "The quiet man", aunque no sabría decir si tal comparación es de lo más acertada, sensata y/o afortunada, pero es lo primero que se me venía a la cabeza mientras la veía; en cualquier caso, todas las mencionadas son, cuanto menos, excelentes películas, así que no hay por dónde perderse: otra más para disfrutar de lo lindo...
John Wayne es Spig Wead, un marine cuya gran pasión es volar aviones, tan grande que la misma lo impulsa a cometer impulsivos y temerarios actos que, no obstante, son los que ayudaron a construir su sólida reputación, aunque siempre hay algo que se interpondrá entre uno y sus sueños, y para Wead será un terrible accidente del cual deberá sobreponerse a como de lugar.
Cuando decía que a "The sun shines bright" le faltaba cierta energía me refería a lo que "The wings of eagles" (y sus películas "hermanas", y muchas más de la gran filmografía de Ford) rebosa tan genuinamente en cada fotograma, algo indescriptible pero que cuando está ahí, lo notas de inmediato y te dejas llevar sin mayor problema, pues dicha energía es más fuerte que uno. También podría decir que a "The sun..." le falta otro elemento que "The last hurrah", filme del que hablaremos en un par de días, aprovecha con más soltura y equilibrio, pero hoy día venimos a hablar de esta maravillosa película protagonizada por los magníficos John Wayne y Maureen O'Hara, y la incondicional pandilla que casi siempre acompañaba a Ford de un lado para otro, estos son Ward Bond y Dan Dailey, y los más secundarios Ken Curtis y ese tipo feo que siempre hacía de guardia o policía o bartender o borracho, ¿saben a quién me refiero? (entre otros tantos que no aparecieron en la presente ocasión, claro). A propósito de Bond y Dailey, admito con cierta vergüenza que en un principio, al ver a Dailey, pensé "mish, ¿cómo es que Ward Bond se ve tan rejuvenecido? (sobre todo si lo comparábamos con su rol en "The searchers")", hasta que recapacité de mi error cuando el verdadero Bond apareció brevemente como el productor que guía al protagonista en sus primeros pasos por Hollywood. Igual hay algo de parecido entre Bond y Dailey, ¿no creen?, si bien es cierto que a Bond lo he visto más versátil que a Dailey. En fin... A propósito de Wayne y O'Hara, lo dije una vez y lo diré mil veces: ya me gustaría que alguien me mirara con la misma pasión con la que los mentados actores se miran entre sí (abajo dos capturas que reflejan lo que digo a la perfección), con esos ojos tan honestos e incluso ingenuos ante un futuro tan incierto como el de un señor y una señora marine... No hace falta gritar a los cuatro vientos la grandeza de esos dos, su incuestionable capacidad para abordar variados tonos y géneros, pero siempre me gusta recordar, especialmente por esta clase de películas, que Wayne es mucho más que el tipo rudo de las películas de vaqueros, y si no me creen, pues vean ésta y "The quiet man", por mencionar los dos únicos referentes que se me vienen a la mente ahora mismo: ahí, damas y caballeros, hay actuación pura y dura, de carne y hueso, de gran humanidad (cualidades que también se ven en varios de sus roles de tipo duro, por lo demás).
Sobre la película, hay una escena en particular que me parece expresa a la perfección lo que Wayne hace con ésta y otras películas de temática similar. La escena es cuando un en mejor forma Wayne visita a Bond para hablar sobre los guiones que el segundo quiere que el primero escriba; el productor aclara que, si bien quiere que la temática del film sea la Marina, su mayor preocupación e interés radica en los hombres de la Marina, en las personas. El homenaje a la institución es innegable, pero siempre me ha gustado la manera en que Ford muestra la vida de sus personajes (principales) más que las bondades de alguna institución, que se irán dejando caer (o no) gracias a los personajes y no al revés: no es un panfleto barato, no señor, esto es cine. Fran Wead, el personaje de John Wayne, fue una persona real, un marine que debido a un accidente hogareño (la escena es descolocante: uno piensa que es otro simpático gag, pero viejo, en realidad es una dramática situación que literalmente lo cambia todo... ¡vaya ejecución esa!, hay que ser todo un genio para hacerlo bien) queda paralítico y no le queda otra que pasar el tiempo escribiendo, afición que irá puliendo hasta escribir novelas, dramaturgia y guiones, entre los cuales se encuentra el de "Air mail" y "They were expendable", ambas dirigidas por Ford. "The wings of eagles" es en cierta forma inclasificable pero fascinante por múltiples motivos: primero, su capacidad para ser varias películas en una, sin que ninguna se vaya por las ramas ni pierda el norte, pasando de la más física comedia (de ahí, insisto, mi confusión con la caída por las escaleras de Wayne) hasta el más íntimo drama, o de lo bélico a lo familiar. Y, no sé si soy yo el que tiene la mente de alcantarilla, pero me parece Ford va dejando sugerentes bromas de índole sexual con más frecuencia y menos disimulo (para los estándares de la época, claro), y me refiero a eso de "Dolores, habitación...". Por último, me gustaría destacar unos diálogos, especialmente aquellos sobrecogedores que se llevan a cabo entre O'Hara y Wayne, brillantes y magistrales a más no poder, broche de oro para un guión realmente espectacular, ya sea por la naturalidad y empatía con que nos sitúa en cada escenario como por la fuerza con que desarrolla cada conflicto, y ciertamente por la fluidez con que hace que todo se pase volando y sin embargo nunca cese de dejar huella. Lo anterior se potencia con la tremenda labor de Ford, claramente...
Hecha como sólo John Ford es capaz, "The wings of eagles" es un honesto y absoluto goce fílmico que, se los garantizo, los hará sentir más felices, incluso con su buen par de duras escenas. Otra maravilla, qué más se puede decir...