Año: 2013.
Dirección: Martin Scorsese.
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Jonah Hill, Margot Robbie, Matthew McConaughey, Jean Dujardin.
SinopsisPelícula basada en la novela homónima y autobiográfica de Jordan Beltford (personaje interpretado por Leonardo Di Caprio), actual conferenciante sobre técnicas de mercado, ventas y motivación, y antiguo agente de bolsa en el mercado de valores neoyorkino.
Este bio-pic se centra en el periodo de crecimiento, consolidación y posterior caída del "Lobito" de Wall Street (como así le llamaban en su empresa), cuya vida llena de excesos, abusos, ambiciones y ansias por acaparar más y más fortuna creyéndose intocable, dio con Jordan Belfort en la cárcel, acusado de blanqueo de dinero, alteración del mercado de valores, abuso de información privilegiada y otros delitos relacionados con el mundo de las altas finanzas y la compra-venta de acciones.
CríticaHace unos días, desde CDI nos pudimos acercar a un cine madrileño para ver el último trabajo de Martin Scorsese por invitación de Universal Pictures y Grupo Planeta, así que, desde aquí, queremos transmitirles nuestro agradecimiento.
Esta nueva colaboración de la ya extensa y fructífera pareja Martin Scorsese y Leonardo de Caprio nos deja un film lleno de excesos, tanto en lo visual como en el vocabulario empleado, muy propios y muy buen reflejo del mundo y la época que trata de describir: jóvenes brokers de los ochenta y noventa, que llenos de ambición crecen y crecen a costa de cualquier ejercicio o técnica, por muy ilegal, ilícita o inmoral que sea, jugando con el dinero ajeno. Se llenan los bolsillos de jugosas comisiones, moviendo el capital de trabajadores, empresas o bancos; dinero ficticio que únicamente se materializa en esas cuantiosas primas que se llevan estos brokers, acumulando cantidades obscenas de dinero y viviendo en un mundo lleno de excesos: lujos, coches, drogas, alcohol, fiestas, mujeres, prostitución, etc. Y sí, remarcamos explícitamente lo de mujeres y prostitución, porque en ese mundillo y en los ochenta, estábamos inmersos en un ambiente netamente machista, el cual, tristemente, creemos que perdura.
Como decía uno de los entrevistados en el documental Inside Job, el mundo de las agencias de valores y sus agentes de bolsa está tan desmadrado que se ha llegado a convertir en una batalla por ver quien tiene "la polla más grande" (y pedimos perdón por la expresión), materializándolo en un acopio de cuantos más y mejores bienes mejor. Un ejemplo más que evidente de infección hasta la médula de aquella "Green Disease" que Eddie Vedder y los suyos nos cantaron ya hace tiempo. Todos los excesos que se nos muestran desde el minuto uno no distarán de la realidad (tal y como parece haber reconocido el propio Beltford) y posiblemente ésta, incluso superase la ficción aquí mostrada.
No deja de ser "descripción de esa América llena de oportunidades" que el propio personaje de Di Caprio manifiesta en repetidas ocasiones durante la cinta. La ejecución de ese "sueño americano" que estamos hartos de oír mentar y dentro del cual tienen cabida, también, todo este tipo de actitudes y ejercicios ilegales e inmorales con tal de enriquecerse: estafadores, timadores y ambiciones políticas y policiales, como las que nos presenta la reciente American Hustle, o estos corredores de bolsas que se mueven entre las oportunidades que brinda el mercado bursátil y la sucia especulación, para llenarse los bolsillos de "papelillos verdes con las caras de los presidentes yankees". Se convierte así, en otra visión del sueño americano y de ese país lleno de posibilidades, que aunque lícitas o no, algunas de ellas son de dudosa moralidad, por no decir completamente reprobables.
El comienzo de la película es totalmente apabullador y pleno de potencia, lo que nos enganchó por completo y nos fue... divertido. Sí divertido, tenemos que admitirlo. Las carcajadas y sonrisas se sucedían. Ahora bien, entendemos que pueda no gustar a todo espectador e incluso causar desagrado, por "lo soez" del vocabulario empleado en todo ese primer tramo; el setenta por cierto de las palabras empleadas tienen que ver con las drogas y el sexo. Nosotros hemos de reconocer que nos enganchó y nos mantuvo ahí, pegados a la pantalla y dentro de la cinta durante las dos primeras horas. Sin embargo, a partir de ese minuto cien, la cinta decae de una forma notable y va muriendo en una última hora de metraje, la cual no era necesaria y se podría haber resuelto con mayor celeridad. Pasa del todo a la nada, justo desde que empiezan los problemas de "Wolfy" con el FBI. Por lo tanto, se nos ha hecho larga, muy larga; pecado recurrente en alguna de las últimas cintas de Scorsese, siempre con dos partes muy diferenciadas en cuanto a ritmo y fluidez de la trama.
Parte de los éxitos de la película tienen a las interpretaciones como principales responsables, destacando la electricidad de Leonardo Di Caprio y la extravagante travesura de Jonah Hill; ese actor "gordito" entregado en sus inicios a la comedia "idiota" y que tan buenos trabajos está completando en los últimos tiempos. Ambos exagerados, excesivos, viciosos, pero virtuosos en su trabajo. Un dúo que funciona en la gran pantalla y brinda momentos plenos de energía, locura, diversión y, claro está, despropósitos a raudales.
Junto a los dos protagonistas destacamos unos espectaculares minutos Matthew McConaughey, que en el rol de mentor del joven Jordan Beltford expone una rápida y concisa, pero concreta y precisa, fórmula del éxito en el mundo de Wall Street, donde inmoralidad, beneficio, aprovecharse, drogas, alcohol y prostitución son los principales términos de la ecuación. Pocos son sus minutos, pero él está soberbio. Este actor está creciendo a pasos agigantados y nos está proporcionando trabajos dignos de ser destacados por cualquier aficionado a este arte del cine; sin ir más lejos, en la reciente Mud y en la próxima (porque todavía no la hemos visto) Dallas Buyers Club.
La presencia de Margot Robbie, como cara bonita que es, le proporciona exuberancia y la sexualidad que la cinta requería, haciéndose difícil juzgar su interpretación más allá de su espectacular físico y sus excepcionales atributos, por lo cual, sin duda, fue elegida para la ocasión. Y ojo, no lo decimos en modo peyorativo alguno. Simple y llanamente, creemos que es lo que el film demandaba, y un elemento más que ponía de manifiesto cómo funcionaba/funciona ese mundo. Así, se hace difícil juzgar su interpretación, dado que no era el elemento dramático lo que se buscaba en ella.
Desde nuestro punto de vista, uno de las mayores deficiencias de la cinta es la selección musical, donde suspende categóricamente. Nuestra mente, retorcida ella, nos lleva a compararla de nuevo con American Hustle (más que nada por coincidencia en la taquilla y en nuestro visionado), quedando muy mal parada en tal ejercicio. En el caso de la película que nos ocupa, sólo podemos mostrar nuestra decepción en este aspecto, lo que la baja del escalón del notable alto.
Para concluir, sentenciamos que Scorsese brinda una película loca y rebelde, que en ocasiones se hace excesiva, y que sí o sí, se excede en extensión. Se nos hizo divertida, a lo que contribuyó de forma notoria la dopada electricidad de las interpretaciones. Para nosotros, una de las mejores colaboraciones entre Martin y Leo, y uno de los mejores trabajos de este último; actor al que desde aquí hemos criticado en ocasiones y posiblemente no hayamos tratado siempre con justicia.
Nota general: 7,5 sobre 10.
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