Revista Cine
Director: Naji Abu Nowar
Hoy vamos con "Theeb", otro de los tres debuts cinematográficos que consiguieron nominación al oscar este año. La opera prima de Naji Abu Nowar me ha gustado bastante, sobre todo porque la historia que nos cuenta no me la esperaba para nada, y cuando uno se sorprende genuina y positivamente, pues no queda nada más que celebrar. Con multitud de premios que la respaldan, otro elemento que aumenta el interés en "Theeb" es que ha sido llamada un "western beduino", calificación que le calza a la perfección; por lo demás, la película es eso y mucho más, así que mejor no se la pierdan.
Theeb es un chico nómada que vive con sus hermanos, uno de los cuales es un importante jefe o no sé qué. Su tranquila vida dará un brusco giro cuando llegue un inglés al campamento familiar, metiendo de lleno al chico y los demás en el conflicto entre ingleses y otomanos en la primera guerra mundial, aunque no es que el chico lo sepa o siquiera le importe...
Lo que me esperaba de "Theeb", tomando en cuenta su protagonista infantil y el escenario que uno intuye de manera muy superficial, era una especie de coming of age sobre la "vida árabe" (así de vaga era mi impresión previa), con sus particularidades culturales y las dificultades que nacen de todo estamento humano. Más o menos como "Mustang", pero en el desierto y con muchos otros elementos diferentes.
Pero, más que eso, aún manteniendo esa base de historia de madurez y no excluyendo para nada (por el contrario, sumando el elemento a la trama y la narración) el asunto cultural, el motor narrativo es mucho más causal que la sustancia del relato, más discursiva; es decir, tenemos una película de una trama determinada (el inglés y el árabe que lo acompaña quieren ir a otro lugar y necesitan un guía, quien finalmente será el hermano de Theeb, que siente tanta curiosidad que se une a la peligrosa travesía que tomará lugar en, si mal no recuerdo, el valle de los peregrinos, antaño senderos para los feligreses, ahora tierra de nadie comandada por sanguinarios bandidos) pero también de un subtexto que aprovecha esta trama para expresarse en todo su esplendor, sin forzarse a sí mismo y, por ende, al resto de la película, sino que más bien fluyendo con el conjunto, aprovechando acertadamente las oportunidades que el relato le otorga para decir lo suyo. Por lo demás, me gusta la contundencia y suavidad con que el director va concatenando los acontecimientos, que se inician como una especie de coming of age cultural en la que un niño que no conoce más allá de la realidad que le provee su tribu siente curiosidad por este inglés, que no tiene nada de especial salvo su diferencia, con sus objetos de oro y su exotismo. Incluso pensé que la trama iba a ser algo sobre la amistad y la rebelión del niño, pero por ahí no va la cosa en tanto relato, de hecho todo lo concerniente a lo cultural y la madurez está expuesto de manera bastante sutil, pues no es que una vez finalizado el visionado salgamos con una impresión discursiva tan fuerte como la que causa "Mustang", por ejemplo, aunque, de entre todo lo que se puede observar, de lo más importante a destacar es la importancia del inglés no tanto como objeto de curiosidad y apertura al mundo como de destrucción y muerte local, pues no sólo el tipo meterá a estas personas en una guerra relativamente ajena a la vida nómada, sino que también pasará a llevar costumbres casi sagradas, como el principio de fraternidad: constantemente habrán roces entre el inglés y los nómadas, ¿y quién gana la discusión? ¿Quién paga el precio? Lo de coming of age surge porque este viaje no será nada tranquilo y el chico algo tendrá que aprender, ¿no? ¿Y lo del western? Ciertamente no es sólo el paisaje, el desierto, las armas, los bandidos, la lucha por las posesiones... es también la descarnada lucha por la vida, el brutal retrato de un tiempo y sus características, la violencia que somete, etc.; incluso encontramos la simbología del ferrocarril como fin de una era, un quiebre en las costumbres (lo que convirtió el valle de los peregrinos en una tierra sin dios ni ley).
El director demuestra buena mano, sin caer en excesos escabrosos ni efectismos baratos e indignos, tanto para el western como para el thriller y el drama o la cotidianidad, de nuevo, también gracias a unos actores de potentes interpretaciones que nos acaban por sumergir en este bello escenario que si es violento es debido a los hombres. Puede que el último tramo sea un poco "lento" en comparación a todo lo que lo antecede, pero sólo en comparación; si lo evaluamos por sí solo y como parte de un conjunto, veremos que su tempo pausado no es en nada diferente a lo visto en los momentos más movidos, sólo cambian los acontecimientos, que no por pausados se vuelven más inofensivos e inactivos. En este sentido, la ejecución es francamente impecable y prometedora (por lo próximo que vaya a hacer el director, digo). Por último, la película no es sobre detalles y datos necesariamente (aunque sus elementos/objetos estén muy bien presentados e incluidos en el relato, amén de un buen guión y dirección), es sobre la experiencia del niño, así que no se alarmen si sienten que hay cabos sueltos, que tampoco son tal a menos que estén algo desatentos a, justamente, los objetos y sujetos y sus relaciones. No por nada la película lleva por título el nombre del protagonista, que como él, avanza decidido hacia su destino.