Revista Cine
Directora: Jill Sprecher
Jill Sprecher es una directora que a día de hoy, en poco más de veinte años de carrera, ha dirigido tres películas: "Clockwatchers", la de ahora, y un tercer largometraje desgraciadamente conflictivo: en un primer momento se llamaba "The Convincer", duraba dos horas y al exhibirse en Sundance recibió numerosos elogios que le auguraban relativo éxito; sin embargo, los distribuidores que adquirieron los derechos del filme, sin el permiso de la directora, mutilaron el montaje (lo redujeron a noventa minutos), cambiaron el título a "Thin Ice" y cuando se estrenó recibió pésimas críticas, más encima, por temas de contrato, la directora no pudo restar su nombre de los créditos, y desde entonces no se le ha conocido proyecto alguno.
"Thirteen Conversations About One Thing" es una película que habla sobre los giros de la vida, las ironías del destino o los caprichos del azar, la falta de significado vital, etc. Sus personajes principales son Alan Arkin, que es el jefe de una sección en una compañía que pasa momentos financieros complicados, hombre de vida solitaria y con problemas familiares (divorciado, hijo drogadicto), que sospecha de la felicidad de un colega que mira el lado positivo de todo cuanto le sucede; Matthew McConaughey, un abogado fiscal, algo arrogante, que cree en su trabajo aunque su exceso de confianza le juega una mala pasada y atrapa en un dilema moral y mortal; John Turturro, un profesor descontento con su vida que intenta buscar nuevas emociones a su rutinaria existencia; y Clea DuVall, una joven mujer que se las arregla bastante bien y que piensa que su vida tiene una razón predestinada que la impulsa en el día a día. Las historias de estos personajes (y la de un buen puñado de interesantes secundarios) se entrelazan sin que se den mucha cuenta de ello, después de todo tienen bastante con sus propios problemas, sus propias cuitas. "Thirteen..." es un excelente drama, aderezado con un punzante pero sutil sentido del humor, que destaca por la agudeza de su directora (también guionista, junto a su hermana), que sin remarcar lo obvio reiteradamente, también de forma sutil e inteligente, lleva a cabo un complejo estudio de personajes, a su vez buscando adentrarse en las trampas de un estilo de vida frenético, competitivo y egoísta, que puede empujar a cualquier al pesimismo más terminante (o, paradójicamente, a todo lo contrario, pero he ahí la gracia). De narración y puesta en escena elegantes, la directora nos hace parte de este drama coral que va más allá de los personajes retratados, nos habla de la vida moderna, sus ansias y contradicciones, lo sublime o lo banal, la fe a prueba de balas o el desengaño perpetuo, y varias cosas más.
A mi la película me ha encantado: está magistralmente escrita y dirigida, el reparto también está de lujo (recién ahora me he venido a fijar que McCounaughey tiene un aire a Paul Newman), tiene potentes reflexiones expresadas con sencillez, la sencillez de sus personajes o de la cotidianidad que los envuelve. Entrañable, amarga, dulce, implacable...
Muy, muy buena. Una película a rescatar.