Aunque está fechada en un año puntual, 1983, This is England es el retrato de toda una década, la década infame de los ochenta. En Inglaterra son los años de Margaret Thatcher, del neo liberalismo y la derecha populista, del racismo y del skinheads, del desempleo y la protesta, y son los años, también, de la Guerra de Malvinas. John, el protagonista del film es una de sus víctimas lejanas, su padre era oficial de las fuerzas aéreas británicas y murió en combate en las islas. John está en plena transición adolescente, es hosco y solitario y suele ser blanco del sadismo escolar. A los doce años la orfandad puede ser explosiva, sobre todo combinada con el horizonte desolado de Nilconshade, el pueblo del norte de Inglaterra donde transcurre la película de Shane Meadows. Humillado y ofendido, John solo se siente en casa en la pequeña pandilla de skinheads que lo adopta y lo apadrina.Treinta años después This is England retoma la vieja tesis que Anthony Burgess y Stanley Kubrick habían proclamado a principios de los setenta en La Naranja mecánica, la idea que no hay mejor escuela para el fascismo que la humillación. Meadwos sigue paso a paso el recorrido de John en el grupo. Muerta como lo rapan, lo viste, lo tatúan, pero si el film de Meadwos es político es porque esa iniciación individual, personal, es paralela a una metamorfosis colectiva.De pronto el grupo skinheads, un poco adolescente, un poco torpe, un poco cándido se convierte en una fuerza política de choque, una falange embriagada de nacionalismo y xenofobia que busca articular todo resentimiento alrededor de una consigna de guerra “Esto es Inglaterra” , un grito no muy distinto (cambiada la palabra que debe ser cambiada) del que se escuchaba aquí, en calles argentinas, durante Malvinas. De ahí que el film de Meadwos, con todo su color local, sus particularismos, sus acentos propios, tenga la resonancia perturbadora que tiene en la memoria de todo espectador argentino.
Revista Libros
Aunque está fechada en un año puntual, 1983, This is England es el retrato de toda una década, la década infame de los ochenta. En Inglaterra son los años de Margaret Thatcher, del neo liberalismo y la derecha populista, del racismo y del skinheads, del desempleo y la protesta, y son los años, también, de la Guerra de Malvinas. John, el protagonista del film es una de sus víctimas lejanas, su padre era oficial de las fuerzas aéreas británicas y murió en combate en las islas. John está en plena transición adolescente, es hosco y solitario y suele ser blanco del sadismo escolar. A los doce años la orfandad puede ser explosiva, sobre todo combinada con el horizonte desolado de Nilconshade, el pueblo del norte de Inglaterra donde transcurre la película de Shane Meadows. Humillado y ofendido, John solo se siente en casa en la pequeña pandilla de skinheads que lo adopta y lo apadrina.Treinta años después This is England retoma la vieja tesis que Anthony Burgess y Stanley Kubrick habían proclamado a principios de los setenta en La Naranja mecánica, la idea que no hay mejor escuela para el fascismo que la humillación. Meadwos sigue paso a paso el recorrido de John en el grupo. Muerta como lo rapan, lo viste, lo tatúan, pero si el film de Meadwos es político es porque esa iniciación individual, personal, es paralela a una metamorfosis colectiva.De pronto el grupo skinheads, un poco adolescente, un poco torpe, un poco cándido se convierte en una fuerza política de choque, una falange embriagada de nacionalismo y xenofobia que busca articular todo resentimiento alrededor de una consigna de guerra “Esto es Inglaterra” , un grito no muy distinto (cambiada la palabra que debe ser cambiada) del que se escuchaba aquí, en calles argentinas, durante Malvinas. De ahí que el film de Meadwos, con todo su color local, sus particularismos, sus acentos propios, tenga la resonancia perturbadora que tiene en la memoria de todo espectador argentino.