Revista Cine
Sigo sin comprender por qué motivo la mayoría de las películas englobadas en estos tres géneros (comedia, terror, acción) no suelen estrenarse en versión original en Madrid. Que, además, los productos de acción y tiroteos acaben concentrándose en los cines de la periferia de la capital dice poco en beneficio de los distribuidores. Por culpa de esto no veo varias películas en su estreno, y tengo que esperar a que salgan en alquiler o alguien las meta en el emule. A veces he hecho excepciones porque me picaba mucho la curiosidad (con los casos de El último desafío, Vacaciones en el infierno, Los mercenarios 2 o The Purge), y al final he ido a ver doblada Juerga hasta el fin. Que me hizo bastante gracia, pero que sin duda me habría hecho reír más si la hubiera visto en VO (un ejemplo: Michael Cera, Seth Rogen y Jonah Hill suelen resultar graciosos por su voz; da igual lo que digan, lo importante es cómo lo dicen… algo que el doblaje destruye). This is the End es la última gamberrada de Seth Rogen y Evan Goldberg, que juntos escribieron los guiones de dos grandes comedias contemporáneas (Supersalidos y Superfumados) y de una peli fallida (The Green Hornet); eso sin contar con que aún no he visto Los amos del barrio. En esta ocasión ambos se han puesto, también, detrás de las cámaras. El resultado es una película que, tomando como escenario el fin del mundo, les sirve a sus artífices para hablar de la amistad, de los caprichos de las estrellas y de cómo los actores son incapaces de solventar situaciones de supervivencia si no tienen un guión a mano (y esto no lo digo con sorna: el propio Rogen ha dicho en una entrevista que los actores son las personas menos preparadas para afrontar el Apocalipsis). Sin duda una de las mejores bazas del filme es que, en el fondo, el entorno apocalíptico es lo de menos. Lo que importa son los personajes, los gags, las situaciones en las que se ven envueltos. En el filme todos ellos se interpretan a sí mismos: James Franco, Seth Rogen, Jay Baruchel, Jonah Hill, Danny McBride, Craig Robertson… sin olvidar las apariciones estelares de Michael Cera y Emma Watson, entre otros. La excusa para juntarlos a todos ellos bajo un mismo techo es una fiesta en la mansión de James Franco. This is the End contiene, como toda comedia donde aparezcan los actores citados, momentos impagables: la secuela casera de Superfumados, que graban en vídeo mientras afuera el mundo se va al garete; la discusión entre Franco y McBride sobre masturbaciones y eyaculaciones; las secuencias en las que se meten drogas o hacen una fiesta porque por fin logran beber agua; los guiños a otras películas; etcétera. También hay escenas menos graciosas… pero, insisto, seguro que en inglés mejoran. Y puede que lo más destacable sea que los espectadores no podemos discernir dónde acaba la realidad y dónde empieza la ficción de las identidades de los personajes. Otro ejemplo: vemos a un Michael Cera obsesionado con las drogas y el sexo, haciendo tríos, metiéndose farlopa… Y uno se pregunta si él es así o si se trata de una broma, de un juego para romper con su imagen habitual. Lo mismo sucede con todas las alusiones al arte, al coleccionismo, a las bromas de homosexualidad… Me temo que no lo sabremos, pero ahí reside la gracia: en cómo ellos se han autoparodiado y autocriticado. Juerga hasta el fin me parece más divertida que Superfumados, pero menos ingeniosa que Supersalidos. Por si os sirve como referencia.