Geraint Thomas (Sky) se impuso en la Harelbeke y estrena palmarés en las Clásicas de primavera. Una jornada de buen tiempo aunque plagada de caídas e imponderables.
Tras intentarlo repetidas veces al menos desde 2012, el británico de 28 años estrenó palmarés en su especialidad, las clásicas. Fue en la Harelbeke: 215 km con 16 pasos por cotas y secciones de pavé, con inicio y fin en dicha urbanidad en los Flandes occidentales. En este ocasión y a diferencia de la reciente Dwars door Vlaanderen, el tiempo dio tregua y el cielo sólo se mantuvo parcialmente cubierto por algunas nubes.
En el meridiano de la jornada una fuga de seis -entre ellos, el veterano francés Sébastien Turgot, recurso principal de Ag2r-La Mondiale para las clásicas- conservaba 6′ de margen con respecto al pelotón que rodaba compacto tras la rueda de Sky y Tinkoff-Saxo. Hombres de BMC, Lotto-Soudal y Etixx-Quick Step también procuraban posiciones avanzadas en el lote.
En cabeza de carrera, el italiano Kristian Sbaragli del equipo Continental MTN-Qhubeka -estructura que promete ser la auténtica niña bonita de la temporada 2015- parecía ser el más en forma al paso de cada una de las secciones adoquinadas. Simultáneamente, en la segunda mitad de la jornada, algunos corredores comenzaron a descolgarse del lote mayoritario cuando el perfil se tornaba más duro. Por entonces, Katusha y BMC intentaban desplazar al Sky y el Tinkoff-Saxo al frente del lote -detrás, el local Dennis Vanendert (Lotto-Soudal) sufría una aparatosa caída en solitario que no le impidió volver a montar en su bicicleta-.
Las caídas y los desperfectos técnicos se multiplicaron en el pelotón sin impedir, no obstante, que recortara diferencias progresivamente con la fuga. A falta de 86 km y por el paso del duro Taaienberg hombres del BMC, Ettix y Tinkoff apretaron el ritmo y estiraron el lote -al igual que Dwars door Vlaanderen, el recién bautizado Nairo Quintana (Movistar) cortaba clavos-. El movimiento acabó formando un grupo perseguidor de cuatro corredores -incluidos Daniel Oss (BMC) y Matti Breschel (Tinkoff-Saxo)-.
La aventura del grupo perseguidor duró poco pero consiguió recortar cerca de 1′ el margen de la fuga -que a falta de 80 km ya bajaba de los 4′-. Posteriores acelerones alternados de hombres del BMC y Astaná mantuvieron un ritmo condenado a neutralizar la fuga.
Otro intento de armar un grupo perseguidor -curiosamente protagonizado por un hombre de Ag2r-La Mondiale, considerando que Turgot rodaba en la fuga- acabó de bajar el margen a 2′ 30” cuando restaban más de 60 km para el final. Inexplicable plan de carrera de Ag2r-La Mondiale. Para colmo de males, poco después Turgot no pudo seguir el ritmo de la fuga y se descolgó de la cabeza de carrera. Por entonces, el joven francés Angelo Tulik (Europcar) se iba a las profundidades de las zangas que acompañan los sinuosos y estrechos caminos rurales al este de Harelbeke ¡Bienvenido a las Clásicas de Flandes!
En el cuarto final de la carrera el margen de la fuga era inferior 1′ 30”. El pelotón rodaba estirado bajo un sol radiante y tras la estela del Sky, siempre protagonista. Adelante subsistían sólo tres corredores en representación de MTN-Qhubeka, Lotto-Soudal e IAM, pero su cadencia sugería que ya se habían entregado.
Con los escapados ya en la mira y a falta de 43 km para la meta, el duro y clásico paso por Paterberg acabó de fraccionar al pelotón. Sep Vanmarcke (Lotto) atacó pero se fue de la calzada, evitando por poco lo que hubiera sido una aparatosa caída. Otros corredores tomaron el relevo y primó, como suele suceder por estas latitudes, el principio de sálvese quien pueda y por su propia cuenta.
A falta de 38 km, sobre el pavé, Thomas abrió hueco llevándose a rueda a Zdenek Stybar (Ettix-Quick Step) y el vigente campeón Peter Sagan (Tinkoff-Saxo), componentes que dejaron claro que la cosa iba en serio. Rápidamente, en plena rampa empedrada, hicieron contacto y sobrepasaron al último de los fugados. Detrás Vanmarcke, Alexander Kristoff (Katusha) y compañía luchaban para recortar diferencias.
Tras las boscosas rampas de Karmenelkbeekstraat -con 32 km a meta- Sagan parecía padecer más que sus compañeros en cabeza de carrera para mantener el ritmo. Thomas y Stybar sobrellevaban en mayor parte el ritmo. Detrás un muy activo BMC pudo organizarse y protagonizar casi en exclusivo la persecución.
El desenlace deparaba aún tres hechos: la lamentable caída de Greg Van Avermaet (BMC), el esmerado trabajo en bloque y protagonista -aunque sin éxito- de las filas del BMC -algo para resaltar una y otra vez- y la sorprendente desigualdad de esfuerzos del superdotado Sagan en relación a un Stybar y Thomas que definirían la jornada.
Tanto fue así que a falta de 4,3 km Thomas atacó y Sagan sólo pudo reclamar un relevo a Stybar que más que relevo fue un ataque -ese codeo a la nada ya forma parte de la historia de la temporada 2015-. El proverbial eslovaco no tuvo respuesta. Quizás desde aquel vapuleo de Fabian Cancellara en las clásicas de 2013 que no veíamos declinar a la joya del ciclismo de esa forma.
Thomas mantuvo el ritmo y cruzó meta en solitario.. Stybar hizo lo propio y como era de esperar, Sagan lo hizo con gesto adusto y malhumorado.
Sin dudas, la nota negativa de la jornada fue el abandono de Fabian Cancellara (Trek) por lesión, uno de los favoritos en las quinielas no sólo para la Harelbeke sino para las clásicas que están por venir.
La nota positiva, una obviedad, la recompensa para un Thomas que desde hace ya algunas temporadas intenta triunfar en las competiciones de un día que inauguran el calendario ciclista y la primavera europea.