Antes de empezar : La letra con sangre entra…y yo estoy de Thriller Sangriento, advierto.
Thriller Paremiológico
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Sus pasos resonaban en el suelo del claustro. No pudo evitar fijarse en que una de las baldosas estaba suelta y que otra, mostraba un color terracota más desvaído…El descubrimiento de la pista, que lo iba a conducir directamente al asesino, había sido un impacto. Lo había pillado totalmente por sorpresa. Él, un experto en los detalles, un obsesivo de los análisis, conocido por sus investigaciones precisas y perfectas… No había visto lo que era tan obvio…
El primer asesinato se produjo en los jardines del Campus. Un chico de 28 años, técnico informático .Se ocupaba del mantenimiento de los servidores del Departamento de… Paremiología. Lo encontraron con el pecho partido en dos. El lado derecho por un lado, el izquierdo por otro. En la cara, pintada con rotulador permanente de color rojo, una sonrisa deformada.
Él no había hecho la asociación reveladora. Había sido La Mari, la señora que le ayudaba en casa, la que había atado cabos…Hay que joderse.
El segundo crimen ocurrió fuera del recinto universitario .En un bar cercano pero no frecuentado por los alumnos. Ni por los profesores…Fue uno de los camareros. También joven. Lo encontraron totalmente desmembrado pero unidas todas las partes de su cuerpo con unos alfileres muy grandes…El asesino se había equivocado al poner el brazo izquierdo en el lugar del derecho…
Llegó a la zona de la Facultad dónde se encontraba el Departamento de Paremiología. ¿Paremiología? Nunca antes de ese caso, había oído esa palabra. Parecía el nombre de una enfermedad infecciosa y no el de una ciencia que estudia los refranes, proverbios y frases hechas del idioma.
La tercera víctima había sido asfixiada hasta la muerte en un descampado, pero antes, le habían quemado la mano.
Mientras avanzaba por aquellos pasillos atestados de filólogos, lingüistas y traductores aterrados, pensaba en cómo se habían desarrollado los hechos. Cualquiera de aquellas personas podía haber sido una víctima potencial sólo estar ahí, en el Departamento de Paremiología, y por haberse cruzado con un loco en el camino.
La cuarta muerte se produjo en el Departamento de Arte Aplicado de la Facultad de Bellas Artes, muy cerca de allí…Esta vez fue una mujer que trabajaba de bedel. Apareció en la zona de attrezzo, junto con las marionetas. La cabeza separada del cuerpo, decapitada limpiamente. Las marionetas, también.
Ahora, iba directamente a por el loco…Si el análisis de ADN coincidía, ya era suyo. Sólo esperaba una llamada que se iba a producir en pocos minutos. Estaba seguro del resultado.
Ese profesor adjunto, enorme, con un gran sobrepeso y una fuerza sobrehumana. Ese profesor al que le habían bloqueado todas las posibilidades de ascenso en el Departamento de Paremiología. El que culpaba a todos de su fracaso y era cruel con sus alumnos. Ese con varios expedientes abiertos por conducta violenta…El mayor experto de frases hechas del mundo, tal y como proclama a los cuatro vientos…No había estado en su lista de sospechosos en ningún momento, hasta que la Mari, lo vio todo claro.
Sacando el polvo, revoleteando a su alrededor mientras se miraba las fotos de las víctimas, ella había dicho aquello: ¡Anda! ¡Mire qué cosa más curiosa!
La Central tenía restos de ADN de todos los asesinatos pero no había coincidencia con los registros informatizados. Hacía dos días que había ido a verlo, a ese mismo despacho al que llegaba ahora y le había pedido la muestra. Se había sorprendido un poco pero había colaborado sin poner ninguna objeción.
Algo en su mirada, intensa y brillante, le puso en alerta. Era él. Seguro.
Sonó su teléfono móvil. Se paró unos metros antes de llegar a la puerta del despacho del profesor adjunto. Escucho durante unos segundos y colgó. Perfecto, susurró.
Su mano se alzó para llamar a la puerta. En el mismo instante que dio el primer toque, se oyó el disparo.
Entró rápidamente, con el arma en la mano, dispuesto a todo . Se encontró al profesor adjunto, desplomado contra su mesa. Al lado de su mano inerte, una humeante Beretta 92 FS. Buen arma. ¡Qué cabrón! También había dejado un sobre con una confesión completa.
Bloqueó la entrada para que nadie viera al profesor. Era un cadáver grotesco: con los sesos hechos papilla, casi totalmente desnudo si no fuera por esas horribles botas rojas que llevaba puestas…
Sacó su teléfono y llamo a La Central.
Nota de La Central : Al asesino se le quedaron en el tintero varios crímenes. Estaban planificados pero, gracias a la rápida intervención del La Mari ( y el Inspector), no pudo ejecutarlos.
Mal rayo te parta.
Echar los perros a alguien.
Romper la crisma.
Troncharse de risa.
Caer del cielo.
Ahogarse en un vaso de agua.
Que te folle un pez (siendo el pez un tiburón o pez espada)
Echar sapos y culebras por la boca.
Ojo por ojo.
NB : Ya advertí al inicio del relato , que era sangriento y “El que avisa, no es traidor” ( o eso dicen … ;- )