P(u)ateando la vida. Otro blog de Golcar
Tía Amapola está más irritable que de costumbre. Cada vez tolera menos a Padrino y cada vez que él le dice que quiere renunciar, que ya no aguanta más la presión, que siente que las sienes le van a reventar, ella lo repudia más.
—Ay, Polita. Cualquier día vajavé que me saltan dos chorros de sangre y es porque se me van a explotar estas venas, ve, estas que están aquí brotás. Toca, Polita, toca cómo se siente ahí que palpita.
—¿Eso no serán los cachos, mi bigotis? —le dijo tía Amapola burlándose de él.
—No mames gallo, Polita, ejenserio. La cabeza me va a estallá.
—Sí, en Villa Rosa casi te estalla con la ceceroleada que te dieron.
—Vértale, Polita, tú te burlas de mí y cualquier día amaneces viuda. Yo creo que mejor renuncio y nos vamos de esta mierda…
—No sé dónde crees tú que te vajameté
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