Revista Medio Ambiente

Tiburón peregrino en Asturies

Por Davidalvarez
Los tiburones son unos de los animales más fascinantes de nuestro planeta, entre otras cosas porque llevan nadando en los océanos desde hace mas de 450 millones de años. Actualmente se han identificado 465 especies, que han permanecido casi inalteradas desde los últimos 100 millones de años, cuando los dinosaurios reinaban en tierra firme. 
Entre todas las especies de tiburones, las más conocidas son las especies depredadoras, aquellas que ocupan la cúspide de la pirámide ecológica de nuestros mares. La mayoría de ellas son inofensivas o al menos poco peligrosas para el ser humano ya que su dieta se compone básicamente de peces. Algunas de esas especies, como la tintorera o tiburón azul (Prionace glauca), una de las especies más bonitas de esta familia, es frecuente en el Cantábrico donde hemos tenido oportunidad de grabarla hace unos años.
Tiburón peregrino en Asturies
Pero además de tiburones depredadores, hay otras especies que se alimentan de zooplancton y en menor medida de pequeños peces. En este caso, estos tiburones capturan sus pequeñas presas por filtración, para lo que abren su boca mientras nadan, quedando el alimento atrapado mientras el agua sale por sus branquias. Entre estas especies de tiburones filtradores destacan el Tiburón ballena (Rhincodon typus), que puede alcanzar los 12 metros de longitud, lo que lo convierte en el pez más grande del mundo, y el Tiburón peregrino (Cetorhinus maximus), que suele medir entre 6 y 8 metros de longitud, aunque se han registrado ejemplares aún más grandes.
Mientras que el tiburón ballena es una especie que habita en los mares tropicales con aguas cálidas, el tiburón peregrino prefiere las aguas frías del Atlántico Norte y el Pacífico con una temperatura entre los 8 y los 15ºC. El tiburón peregrino es una especie migradora y que no es raro que aparezca cerca de la costa. El gran tamaño de esta especie y su facilidad para capturarlo, al tratarse una especie muy tranquila y que pasa gran parte del tiempo en superficie, lo ha convertido en una pieza muy codiciada por los pescadores, lo que llevó a esta especie al borde de la extinción. Actualmente la legislación de muchos países lo protege, lo que no impide que aún hoy muchos ejemplares sean capturados.
La noticia del día de ayer fue la aparición de un tiburón peregrino de unos 2 metros y medio de longitud en la playa de Salinas (Castrillón). Sobre las 7 de la tarde me avisó Daniel Lopez Velasco de su presencia muy cerca de la orilla y me comentó que aparentemente estaba sano y nadaba sin problemas, aunque al principio se pensó que podría tener algún aparejo enganchado. Aproveché para avisar a Jorge Chachero para que intentara grabarlo, y el resultado es este que podéis ver aquí:

No hace falta decir que la presencia de este tiburón causó la alarma entre la gente que se encontraba en la playa en ese momento y que incluso se llegó a izar la bandera roja. Desgraciadamente, para la mayoría de las personas, la palabra tiburón sigue asociándose al terror y la muerte, aunque como ya he comentado los accidentes provocados por los tiburones son muy escasos, muchísimo menos frecuentes que los provocados por las abejas e infinitamente menores que los producidos por los animales domésticos.
En el caso del tiburón peregrino, las alarmas son aún más infundadas, ya se trata de una especie que se alimenta de plancton y que además tiene un comportamiento muy tranquilo. Solo nos queda deseararle suerte y esperar a que no muera atrapado accidentalmente en uno de los muchos aparejos que rodean nuestras costas.

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