Título: Tiempo, Canciones del farero y Vuelta
Autor: Emilio Prados Editorial: Voces críticas Público Año de publicación: 1925, 1926 y 1927 Páginas: 151ISBN: B403672010
Emilio Prados es uno de los poetas menos conocidos de la Generación del 27. He descubierto su obra gracias a la colección Voces críticas del diario Público. Esta edición incluye tres poemarios que este autor publicó antes de la Guerra Civil: Tiempo (1925), Canciones del farero (1926) y Vuelta (1927).
Entre los tres títulos suman 82 poemas optimistas pero también algo abstractos que, en algunos momentos, me han recordado a Rafael Alberti y a Juan Ramón Jiménez, sobre todo por las continuas referencias a la luz y al color. Imagino que este parecido se debe a que estos tres autores están muy influidos por el romancero andaluz.
Aun así, tengo que reconocer que la obra de Emilio Prados no me ha gustado nada aunque, al mismo tiempo, tampoco sabría decir exactamente por qué no me ha gustado. Ninguno de sus poemas ha conseguido transmitirme nada. No me ha emocionado, no me ha llegado. Me ha dejado indiferente y, al menos para mí, eso es lo peor que me puede pasar con un libro, ya sea en prosa o en verso. Que me deje fría, igual que antes de leer la obra. Cuando un libro no me aporta nada, ni positivo ni negativo, me quedo con la sensación de haber perdido el tiempo y eso es algo que odio.
Tengo muy asumido que soy una romanticona empedernida y que los libros que más me gustan, los que más me hacen sentir, los que más me llegan y me remueven por dentro son los que hablan de amor y de desamor. Y no sólo me ocurre con las novelas, sino también con la poca poesía que he leído hasta ahora: Garcilaso de la Vega, Pedro Salinas, Rafael Alberti y Emilio Prados.
Por eso el poeta que más me ha gustado es, con diferencia, Pedro Salinas. Porque me entusiasman los autores que consiguen que me sienta identificada, que les coja cariño a los personajes, a las historias que me cuentan, que me hacen sentir, reír, llorar, sufrir o recordar a la vez que leo. En definitiva, que me hacen disfrutar, y eso es algo que Emilio Prados no ha conseguido.
Quizá no era el momento de leer sus poemas. Quién sabe. Tal vez tenga que darle dentro de un tiempo otra oportunidad. No sería la primera vez que un autor me deja fría y, años después, me fascina. Así que le daré tiempo al tiempo.