Tiempo de medias

 Mod. "Gargantua" Paula Grande
La semana pasada, en una de mis frecuentes incursiones de tiendas, aproveché para renovar medias. En verdad, necesitaba unas de color verde oscuro a tono con un vestido estampado del mismo color–ya sabéis, ese que compré en las vacaciones-. Tampoco me venían mal unas malva, y unas gris verdoso... Acabé comprando cinco paquetes, en otros tantos colores, por aquello de que adquiriéndolas “al por mayor” salen más económicas.
Mod. "Bootsy"
Claro que si pienso que en realidad las únicas imprescindibles eran las susodichas verdes, fueron algo carillas, pero en fin, ahora ya no corro el peligro de tener algo escogido para ponerme y tener que cambiarlo a última hora por culpa de las medias.
 Mod. "66"
No sé a vosotras, pero a mí, parece que siempre me hace falta el color que está para lavar. Por eso, de los más habituales–marrón y negro- tengo al menos dos pares prácticamente iguales, del grosor utilizo normalmente (que viene siendo unos 60 DEN, más o menos). Y después, otros más gordos, más finos, con algún dibujito, etc.
Mod. "Icar"
Si a eso le sumamos las que ya están un poco viejillas pero me resisto a tirar, al final me encuentro con un montón de medias sin orden ni concierto. Y cuando al fin consigo localizar unas del color deseado, resulta que tienen algún adornillo inoportuno, o son demasiado finas u oscuras, o por cualquier otro motivo, no me sirven para la ocasión.Mod. "Polly"
Para solucionar ese problema, una amiga me ofreció este fin de semana una solución tan sencilla como efectiva. Consiste en marcar las medias por la parte interior de la cinturilla con unas crucecitas, en función de su grosor (a más DEN, más cruces).
Mod. "X---X"
Además, si son de uso limitado (por ejemplo, están rozadas por llevarlas con botas) les pone otra marquita adicional. Unas simples puntadas que le ahorran tener que rebuscar hasta dar con lo que necesita. Esta tarde, si tengo un rato, pienso poner en práctica su sistema y de paso, hacer limpieza en el cajón donde las guardo.
Mod. "Pyro"
Por supuesto, el truquito sólo vale la pena si tienes al menos ocho o diez panties. Si como otra amiga nuestra, tienes tres (negras, marrones, negras), no tiene mucho sentido. A mí me pasa lo contrario: acumulo ropa como si Inditex fuese a quebrar la próxima semana, y tengo un cajón a rebosar de medias de colores y grosores variados. La verdad es que en este aspecto no me corto nada: magenta, turquesa, con cuadros, con rayas...
Mod. "Moothy"
Me encanta el toque de alegría que aportan a un estilismo por lo demás discreto. Aunque a veces me paso, como cuando se me ocurrió utilizar unas de color fucsia con bailarinas y unas bermudas rectas y negras, y mi churri me preguntó que ¡dónde había dejado el capote!.
Mod. "MonOelil"
Las únicas que no acaban de convencerme son las medias-medias, que se sujetan con una banda de silicona: será porque guardo muy mal recuerdo de la primera vez que las utilicé. La verdad es que mi primer modelo en ese estilo era muy bonito, de lanilla y con calados. La pega era que la banda de sujeción no hacía honor a su nombre. Decidí estrenarlas una tarde para ir a la oficina y, a mitad de camino, tuve que entrar en el comercio de mi prima y pedir socorro, porque las malditas amenazaban con escurrírseme hasta los tobillos, y eso que ya me las había subido un par de veces, con lo ordinario que resulta recolocárselas en público.
Mod. "Chimera"
Al final, lo solucioné provisionalmente con unas gomas elásticas marrones, de las que se usan en bancos y oficinas; sí, reíros si queréis, porque reconozco que estaba ridícula. Cómo para tener un accidente de esos con los que siempre amenazaba la madre de María Guimeráns y la mía, y que me viese el médico de esa guisa.
Pero de “secretos interiores” prometo hablar otro día.
Mod. "Bonny"
Hasta la próxima semana.
Imágenes: Les Queues de Sardines