Revista Coaching

Tiempo de recibir, tiempo de dar

Por Formación Y Control @FyControl

Tiempo de recibir, tiempo de dar

 Uno vive la vida basado en pequeñas convicciones que le han dado resultado. Una de ellas, en mi caso, es que la vida se divide en dos periodos, un tiempo de recibir, en el que debes pedir, y un tiempo de devolver, en el que debes dar.

Esta convicción me lleva a varias conclusiones, que son tan defendibles como la base que las soporta: a mi me han dado buen resultado, sin decir eso nada mas. Por ejemplo, creo que la deuda que adquirimos con nuestros padres, no hay que devolvérsela a éstos. La deuda con nuestros padres, se paga con nuestros hijos. Que no siempre o exclusivamente son los biológicos. También estoy convencido de que las trastadas que les hayamos hecho a nuestros progenitores, las pagaremos aguantando las que nuestros hijos nos hagan, pero no en mas ni en menos cantidad. Si deje tirados a mis padres, debo esperar que conmigo lo hagan. Si no fue así, veo justo que mi paciencia se acorte.

Sigo con ideas sueltas, que proceden del mismo principio. He visto a personas con grandes problemas, que vienen, simplemente, de esperar recibir, cuando están en tiempo de dar. Es esa gente inmadura con el YO siempre por delante, que nunca están satisfechos con lo que reciben y que entienden que deben recibir más para quedar complacidos, ignorando que cuanto más tomen, mayor es su deuda y peor se sentirán.

Con cierta frecuencia padres me plantean problemas que les presentan sus hijos adolescentes. Aquí la regla sigue funcionándome. Si cuando tuvieron que recibir (tiempo, cariño, soporte, visión de la vida, importancia, paciencia) lo hicieron, ese chiquillo/a volverá a la normalidad. Pero si está en deuda, si no recibió lo que debía, los problemas que presenta pueden salir por cualquier parte, pero le acompañarán toda la vida. Porque han sido estafados en su desarrollo.

Igual me pasa con las empresas. Cuando un becario entra en ella, debe recibir. Si aprende, si tiene sentido de que se le ha dado lo debido, estará en deuda. La devolverá. Pero si cuando debe recibir se queda con la sensación de que le están “sacando” lo que no lleva dentro, esa instrumentación la convertirá en rencor, y un rencor de  muy mala digestión.

Por ultimo ¿lo llevo a la pareja? Ésta es un delicado equilibrio entre dar y recibir, que se debe ir alternando casi diariamente, configurando un doble saldo. Que puede ponerse en rojo, pero no permanentemente. La distancia en la pareja, de fondo, suele tener esta causa: uno tiene la cuenta en demasiado en negro, a cuenta del rojo del otro. Las separaciones y sus conflictos, de fondo, no suelen ser más que un intento de compensación: devuélveme lo que me debes. Y cuando el otro no lo hace, pues se aplican los procedimientos agresivos que se emplean con cualquier moroso.

Lo dijo Salomón, hay un tiempo para cada cosa.  Hay un tiempo para dar. Un tiempo para recibir. No hay que confundirlos.


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