Por Hogaradas
Todavнa no habнa amanecido, aunque allб a lo lejos, en el horizonte el cielo comenzaba a tener ese color rosado propio de otro dнa de sol e intenso calor.
El ruido me hizo levantar la cabeza, y allн estaba, surcando el cielo iluminado como un pequeсo adorno navideсo, atravesando mi pequeсo y particular universo matutino tan raudo y veloz que tan pronto como pude contemplarlo observй con tristeza como se desvanecнa a lo lejos, en ese rosado horizonte de sol y calor.
Recordй entonces esas maсanas de frнo intenso en las que hemos madrugado desperezбndonos del tiempo otoсal para iniciar uno de esos viajes que siempre esperamos con impaciencia y con los que tanto disfrutamos, maсanas en las que madrugar se convierte en una fiesta, en las que la casa presenta una inusitada actividad, en las que la alegrнa lo inunda todo ante la perspectiva de unos dнas alejados de lo cotidiano, regada con esa dosis de cierta inquietud que siempre te produce el ir hacia lo desconocido.
Un aсo decidimos alejarnos de la ciudad por la noche, sin apenas hacer ruido, casi sin despedidas, dejбndonos envolver por esa oscuridad que te permite un alto grado de anonimato y por una estaciуn de autobuses casi vacнa.
Es una de esas aventuras que recordamos con frecuencia pero que estamos seguros no volveremos a repetir, ya ni tenemos cuerpo ni ganas para ello, porque todavнa con el recuerdo nos llega el frнo intenso de aquella noche mientras atravesбbamos la Meseta, el deambular por las terminales del aeropuerto de acб para allб en una maсana que se hacнa eterna, tal es asн que me habrнa embarcado en una misiуn de la Nasa si hubiera tenido un cohete cerca, la llegada a destino con casi dos dнas menos de sueсo, aquel recibimiento que fuimos casi incapaces de agradecer y eso sн, la primera noche en la que el sueсo fue quizбs el mбs reparador e intenso del que hemos disfrutado jamбs.
Esta maсana mientras subнa la persiana de mi habitaciуn pude ver sus luces, apenas un rбpido destello en el cielo, otra vez el gran pбjaro volador y con йl ese cosquilleo en el estуmago que siempre me producen los buenos y gratos recuerdos de mis viajes, ahora mбs nuestros que nunca, de los pasados y de todos los que estoy segura nos quedan todavнa por disfrutar juntos.
