Este, al frente de su variado y poco formal equipo, tendrá que llevar a cabo una investigación que resultará muy ardua por los prolijos y dispares rastros que se van abriendo en esta encuesta, ya que se mezclarán elementos y motivaciones muy intelectuales con auténticos raptos psicopáticos de brutalidad indiscernible, con elementos sentimentales de identificación y filiación que les estallan a sus protagonistas, arrastrándoles a desaforadas acciones.
puntos de vista que al común de los mortales se nos escapaEs muy de destacar el estilo con que la autora nos propone estas historias con semejantes personajes. Es un estilo aparentemente sencillo, como de línea clara, pero en el que de forma intermintente y sin aviso, hay pequeños guiños casi oníricos —sería demasiado fácil recordar que el padre de la autora fue el reputado escritor surrealista Philippe Audoin—, que produce un cierto efecto de extrañeza, pero que da un fondo y un relieve a la historia, que la engrandece. De igual modo, es de destacar los poderosos elementos intelectuales que aborda, tanto en las tramas y motivos, como en la descripción de hechos y personajes, que está trufada de elementos realistas, muy agarrados a la tierra y a la Naturaleza, como la necesidad del comisario Adamsberg de estar cerca de agua corriente para poder pensar, o la aparición de Marc, un jabalí domesticado. Este juego entre tripas y cerebro, entre imaginario y real, va impulsando la historia, que como en una ascendente espiral, va de un lado al otro, pero siempre avanzando... Mención especial, y es marca de esta autora, son sus personajes. Empezando por el desconcertante comisario Adamsberg, un hombre que no parece estar en este mundo, pero que al mismo tiempo necesita de la tierra para poder entender lo que le ocurre a la gente, logrando unos puntos de vista que al común de los mortales se nos escapa. Los miembros de su numerosa y variopinta brigada, personajes con historias un tanto extremas dentro de una normalidad existencial, pues sorprende la descripción de hombres y mujeres aparentemente muy normales, que presentan rasgos y comportamientos que los convierten en personajes casi míticos. Como ya señalábamos anteriormente, un tema muy importante en esta novela es la necesidad de procurarse identificaciones personales o sociales, lo cual hace surgir poderosas corrientes emocionales, que en algunos casos pueden resultar devastadoras. Y en esta misma línea, también ciertos grupos o sociedades pueden jugar a recrear momentos decisivos de su historia, con el fin de explorar sobre sus raíces, o bien para pretender devolver cierto brillo a realidades que se viven como opacas o mezquinas, lo cual puede llevar a situaciones no esperadas.Todo esto lo lleva a cabo Fred Vargas (seudónimo de Frédérique Audoin), una escritora de cuidado estilo, pero que resulta azote de plumillas (perdón, periodistas de las secciones de Cultura) y desespero de mercachifles culturales (perdón, de los pretendidos gurus de la novela negra), que tiene una propuesta muy valiente, que si le sale, nos ofrece obras magníficas, pero si no lo logra, tienen resultados más tristes y opacos. Por lo menos, quien esto reseña, ha leído libros magníficos pero tambien decepcionantes de esta autora.En resumen, en esta ocasión la autora se lanza con valentía e inteligencia, con todos estos argumentos y personajes a contarnos una historia apabullante, inquietante, en el que acompañaremos a Adamsberg, en una de las pesquisas más difíciles de su carrera, que pondrá en juego sus capacidades y tensará, deteriorándolas, las relaciones de su fiel equipo. Una historia llena de inteligencia, sensibilidad y conocimiento que ha logrado una de las mejores obras de esta autora que ha dado una propuesta muy original a la moderna novela policíaca.Siruela, 2015Compra en Casa del LibroJosé María Sánchez Pardo