Foto CSPeinado. Otro Invierno más.. ¿El último?
El Adviento toca a su fin y con esa meta alcanzada, la Navidad se deja caer, un año más, cómo fruta madura. El peor año de lo que llevamos de crisis hasta la fecha toca a su fin y constatamos de forma clara y definitoria que, primero, no nos ha tocado la última lotería exenta de impuestos y segundo, que el tan cacareado Fin del Mundo elevado a cuita de creencia por los milenaristas, newagistas y demás fauna conspiranoide no sólo no ha llegado sino que parece ser que no llegará en mucho, mucho tiempo. Pero la Navidad si ha llegado y lo ha hecho cómo cada año. Empezando nada más acabar el verano con la lotería en puntos de venta desde Junio, la monserga de El Corte Inglés desde Octubre y la mamadurria de los medios desde principios de Diciembre. Y es que la Navidad es el espacio que cubre el tiempo que va desde verano a primavera, según el calendario de los Grandes Almacenes que son, al fin y al cabo, los que marcan que y cuando empieza cada época del año.Mamadurrias de Invierno.
Es tiempo de Paz y del retorno del paganismo que, de manos de la extrema izquierda de Cayo y Llama, los nuevos bufones que heredan el cargo de manos de RuGal y Valen, se permite recomendar felicitar el "Solticio de Invierno" en lugar de nuestra sempiterna, tradicional y mucho más arraigada Natividad de nuestro Señor Jesucristo. Y ese odio sólo se puede entender desde la más absoluta de las ignorancias. Pues España ha pervivido cómo tal siempre que se ha mantenido fiel a tres cosas, ser un único País, un Reino, tener claros quienes son sus enemigos, la Religión, el Moro y el Inglés y tener claro que al margen de los pederastas, inútiles, falsarios o feriseos que la Iglesia Católica mantenga en su seno, nuestra cultura es cristiana, basada en la vida y enseñanzas del Pescador de Galilea llamado Jesus, el Cristo Redentor, Mesías, Salvador. Algo que, verdaderamente tiene muy poco que ver con la Tradición eclesiástica y mucho con la creencia más íntima y necesaria de cada uno.
Es por ello que lo mismo que se desvirtua nuestra esencia hispánica de manos de los cientos de imbéciles que creen tener en sus manos nuestro destino sin ser capaces de gestionar siquiera el suyo propio, debiéramos empezar a pensar, única y exclusivamente por nosotros mismos. Mirar en nuestro interior y descubrir que España, la cristiana y católica España es la única opción plausible en el futuro cómo lo fuera en el pasado. La invasión silenciosa de extremo-izquierdistas, paganistas, árabes y en esencia cualquier especie ajena a nuestra misma tradición hispánica viene a ser tan letal para los nacidos en la Tierra de Conejos que ya vislumbraran los romanos cómo el mejillón tigre para la fauna autóctona de nuestros ríos. No digo que haya que evitar el acceso al extranjero, no digo que haya que perseguirlo, sino simplemente hacerle ver que el que viene a España viene a amar a éste país, a integrarse, a hablar nuestro idioma, asumir nuestra cultura, tradición y creencias y no a vivir de nuestros bolsillos y del buenismo.
Odio oculto.
Creo que el íntimo despertar de cada uno de los españoles en los últimos tiempos se debe precisamente a que los parámetros que se presentaron cómo verdaderos y auténticos en la Transición y posterior Dedocracia han resultado una estafa delicada y cuidadosamente preparada para que una Casta de politicastros y afines se enriquezcan obscenamente a costa del pueblo cómo en un psucedáneo de estado Feudo-Taifal. Una Estafa dedicada a erradicar de pleno la españolidad de nuestra nación cediendo terreno mediante la entrega de la Educación en forma de adoctrinamiento a las fuerzas separatistas e izquierdistas que, cómo ha quedado demostrado, si bien parece que se empieza a olvidar y perdonar, sólo pretenden la completa desaparición y extinción de nuestra Nación. No es casual que en éstos tiempos de Crisis, a cinco años vista desde el incremento de su mayor virulencia, las tensiones territoriales y sociales vayan in crescendo siendo una única responsabilidad de fuerzas enemigas fuertemente enquistadas en nuestro interior.
España está en un punto de inflexión interesante. En éstos tiempos de amor, de unión, de religiosa comunión con nuestras más ancestrales creencias, debemos de plantearnos seriamente si queremos seguir por la senda de autodestrucción que la Democracia nos ha concecido merced a un falso poder de decisión que ya no no permite discernir entre una ideología u otra, sino turnar el momento en que los de arriba podrán aprovecharse impunemente de nosotros sin más trabas que un Pueblo cansado, exhausto y totalmente vencido por las mentiras imperantes de una izquierda que ha absorvido en su totalidad a las fuerzas politicástricas con representación en las Instituciones. No queda ni una sóla fuerza de Defensa en España con lo que la derecha no existe más allá de los que seguimos peleando a píe de blog por intentar remover conciencias. Conciencias tan pringadas de la porquería de la mentira de nuestros animaloides chorizantes que están más a gusto en su mentira que intentando discernir en que nivel del Infierno nos encontramos.
Paz y Amor.
Son dos conceptos tan discutibles cómo discutido era el concepto de España del Bufón mayor del Reino, llegando al máximo punto de paradoja con su gobierno, poniendo a una persona que odiaba profundamente a España al frente de su gobierno y a una separatista convencida al frente del Ejército. España está tocada, el sentido común expiró y seguimos encumbrando a la progrHez cómo la panacea a todos los problemas que ellos mismos han creado. Sólo espero que disfrutemos plenamente éstas fechas con aquellos a los que amamos. El futuro sigue siendo tan incierto cómo incierta es una España basada en un sistema económico y social tan inútil cómo imbécil que tiene en el Pueblo su mayor exponente de imbecilidad. Cada uno de los ciudadanos que sigue creyendo que éstos animales de bellota que son los politicastros nos van a sacar del hoyo en que ellos mismos nos han metidon es un lastre a reeducar o erradicar. No se puede pensar ya de otro modo, habienda cuenta que el buenismo de treinta y cinco años sólo ha servido para hundirnos, de cabeza, en la mierda.