Hace unos días de visita en casa de mi padre me encontré con una vieja compañera de colegio/instituto.
¡Mi calculadora! Lo más sorprendente de todo es que a pesar de que hayan pasado más de 25 años desde que nos conocimos y de no haberle cambiado nunca las pilas....¡Todavía funciona!
Y yo a mi móvil lo tengo que cargar todos los días...¡Qué no le pido 25 años a mi móvil!, pero un fin de semana...¡Qué menos!