Tiempos y formas de publicar contenido

Agradecimiento de Foto: UgeFerradas.es | Si no eres rápido publicando, no eres relevante ... como opinólogo

Si no eres rápido no eres relevante

Cuando hablo de ser relevante por publicar contenido de una realidad de público conocimiento, aclaro que rápido e inmediato van juntos pero ni de lejos son sinónimos.

Sin excluir al hecho de un acontecimiento masivamente reconocido, también es esto válido para un entorno personal o de empresa.

Lo inmediato es el contenido que responde a la realidad sin mediar la distancia ni otros acontecimientos complementarios. Es contenido que reacciona y de esta manera es pasivo: necesita de la realidad para suceder. El contenido veloz, que es de rápida aparición, puede no ser inmediato pero sí adelantarse a la realidad creando una nueva visión de aquella, en forma de reflexión, incorporando la distancia.

La forma que elijamos para comunicarnos hará tanto por nuestra reputación como el contenido mismo. Formas y tiempos -la caja que contiene- también es parte del paquete llamado contenido en sentido puro.

Cuándo publicar el contenido (tiempos)

Simplificando, hay tres tipos de cadencias, de publicación en el tiempo:

1. Publicación periódica: La publicación continua, en plazos y formas, es un método que permite una relación rítmica. Se asemeja a una columna o un espacio de opinión de los mass media. Es una de las primeras recomendaciones para mantener blogs soportados en una marca personal y mas aún, en la conversación corporativa. Tiene a favor el control del ruido (en tiempos de infoxicación), concentrando y forzando la emisión. Se puede decir-sin exagerar- que permite un ejercicio de reflexión por quien escribe, ya que te aleja de lo inmediato. Allí se encuentra también, la desventaja: pierdes el timing sobre lo inmediato, tu reputación la construyes sobre el tempo y no sobre la reacción emotiva.

El video Vicios en la conversación digital va justamente de gestionar el momento.Un ejemplo de publicación periódica puede ser este mismo post, una columna que publico todos los miércoles sin falta. O casi.

1. Publicación reactiva: La publicación reactiva es tal puesto que está precedida por los acontecimientos que le dan sentido. En un marco doméstico puede venir de reseñar un proyecto realizado, de resumir una ponencia o de comentar un lanzamiento. En un marco socialmente más amplio, puede ser la reflexión sobre un acontecimiento público, como el caso de los cientos de posts generados al calor de la #spanishrevolution. Tiene a favor la inmediatez y el navegar en la corriente (a favor o no); en contra, que tu marca esté en el ojo del huracán pero sin saber por qué ni para qué.

Particularmente bueno es este post de Roberto Carreras que reaccionó y conjugó perfectamente con el blog. Otro gran ejemplo de oportunidad y publicación reactiva es este otro de Andy Stalman sobre branding en la política.

1. Publicación activa: En este caso estamos ante contenido original; a primeras vistas, algo positivo. Sin embargo, puede resultar un contenido estéril ya que no procede de una conversación continua como en la publicación periódica, ni de una conversación espontánea, como en la publicación reactiva. Salvo que seas un gurú -bien entendido, que el horno no está para bollos y hay muchas susceptibilidades sueltas- puedes estar creando pompas de jabón, reflejadas en tu propio espejo.

A su favor, si eres un experto en un campo determinado -p.e., un químico que desarrolla contenido con función de formar conciencia en determinado fármaco- o bien un departamento de desarrollo que quiere mantener informado a sus audiencias sobre el estado de avance -p.e. agencias publicitarias y divisiones de IT-, hacer publicación activa bien puede resultar un excelente eje desde donde construir tu reputación.

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