Thiago Lapp tiene 13 años y viajó a Nueva York con un sueño: jugar y hacer el mejor papel posible en el Mundial de Fortnite, el evento más importante del año en lo que a videojuegos se refiere.
Lo que quizás no podría haber imaginado es que iba a lograr nada más ni nada menos que el quinto puesto en la categoría individual, lo que lo llevó a ganar un premio de 900 mil dólares.