Samantha Pecoraro, a sus 15 años, no puede disfrutar de la pizza o el chocolate que ansían todos los adolescentes. De hecho no puede comer nada más que patatas. Padece esofaguitis y está obligada a alimentarse a través de un tubo gastrointestinal.Samantha echa de menos las hamburguesas, el pollo, las ensaladas, las alcachofas y el brócoli, según recoge en una entrevista ABCnews.com. Si se atreviera a probar algunos de estos alimentos le produciría vómitos, diarrea y dolor de garganta, explica.
