Cuando la administración de Trump subió al poder hace dos años, prometió grandes cambios (como todos) que podían haber tenido gran impacto en la industria aeroespacial. Había cuatro áreas amplias de preocupación o promesa: acuerdos de comercio, tarifas y otras disputas con China, el crecimiento económico de Estados Unidos y el crecimiento de gastos de defensa. Y a mitad de camino, la apariencia del impacto de Trump lejos pero con mayores asuntos sin decidir.
La preocupación del acuerdo de comercio comenzó como algo sin importancia, con mucho humo y poco fuego. Los Ajustes Fiscales de Frontera, uno de los centros de mesa de la política comercial de la administración, ha sido enviada al museo de las malas ideas. Hablar de la organización del World Trade, se esfumó. NAFTA aun en posición, pendiente de la sustitución del Acuerdo de USA-México-Canadá, que es efectivamente lo mismo. No hay decisiones de abastecimiento de la industria aeroespacial tomadas por parte de la administración de Trump.
La industria aeroespacial escapó de los costes tan elevados impuestos por las tarifas del aluminio y del acero, los cuáles no mostraron las finanzas de la compañía en una manera siignificativa. Por contraste, en Octubre, Ford Motor Co. anunció que hasta la fecha había ganado 1 billón de dólares en beneficios de estas tarifas.
Las acciones comerciales contra los países individuales pueden haber dañado las relaciones internacionales, pero las ventas aeroespaciales no fueron afectadas por estas acciones. La única excepción en las disputas de Estados Unidos con Canadá, pero solo porque Boeing eligió unirse a estas disputas. Si Canadá compra cargueros no estadounidenses por primera vez en 50 años, sabremos el daño.
Mientras tanto, el crecimiento se resume. En Septiembre de 2016, la organización del World Trade, cortó una previsión de crecimiento en 1,7%, el ratio más lento desde la crisis de 2008. Esa previsión está en 2018 en 3.9%, con 3.7% proyectada para 2019. Y China puede ser otro asunto, el más grande mercado de aviación comercial en el mundo y el mayor cliente de exportación de productos aeroespaciales continua ocupando el escenario central. Mientras que Trump no siguió la amenaza de imponer tarifas de hasta 45% en las importaciones chinas, sí amenazón la impoisición del 25% de las tarifas en los 200 billones de dólares que valía esa importación y China amenazó con tomar represalias.
El 1 de Diciembre de 2018, el Presidente Donald Trump y el Presidente Chino Xi Jinping declararon una tregua de 90 días. Para la industria aeroespacial, este conflicto potencial permanece como el más grande en la administración de Trump, una perspectiva que empeoró la postura firme del gobierno Chino en sus relaciones con el Oeste.
Los gastos de defensa son otra área de incertidumbre. La promesa de Trump de mejorar el presupuesto resultó en un incremento de 700 billones de dólares en el año fiscal de 2015, más del 10% del año anterior y 18% más que la propuesta original de 2017.
Ninguna de los cambios de las administraciones recientes en las declaraciones de la retirada de Siria y la parcial retirada de Afghanistan prometieron cosas buenas en los gastos de defensa y Trump recientemente “tuiteó” que los actuales gastos de defensa eran “desorbitados”. Y para mayor crecimiento parecen improbables.
La economía de exterior parece igualmente complicada, ha habido pequeños cambios, excepto en la expansión bajo el mandado del Presidente Barack Obama. El problema es que la aceleración es probablemente el resultado de factores insostenibles: Los grandes recortes en los impuestos (algunos de los cuales a punto de caducar), más los niveles de gastos del gobierno más altos, han desatado una “subida de azúcar”. La decepción de esta avalancha, empeorará la subida de los costes y los ratios de interés, con jets comerciales particularmente sensibles a lo segundo. Como resultado, el escenario puede ponerse en caída en los siguientes dos años.