Revista Infancia

“Tienes que ser amiga de todos” y la incapacidad de defenderse

Por Monicaserrano

“Tienes que ser amiga de todos” y la incapacidad de defenderse
Todos hemos escuchado alguna vez la frase tienes que ser amigo de todos los niños” o “tienes que jugar con todos. O nos la han dicho a nosotros o la hemos escuchado decírsela a algún niño, pero seguro que casi todos la hemos oído.
Este tipo de frases, de consejo o, incluso, a veces, de imperativos surgen de la idea de que los niños tienen que ser todos amigos entre sí por el mero hecho de tener edades parecidas.
Es más, tendemos a denominar “amigos” a cualquier grupo de niños de edades parecidas.
Esto parte de la anulación del criterio propio del niño, de sus preferencias y gustos personales. Consideramos que tiene que llevarse bien con cualquier niño, independientemente de la afinidad que exista (o no) entre ellos.
En este caso negamos, una vez más, la toma de decisión del niño, sus emociones y sus deseos, instándoles a relacionarse con todos los demás niños por igual, sin tener en cuenta la individualidad de cada niño.
Parece que así estamos propiciando el desarrollo de la “bondad” en los niños, estamos cultivando “buenas personas” que no rechazan la interacción con nadie, pese a que esto se tenga que realizar en contra de la propia voluntad.

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Sin embargo, transmitir al niño que debe relacionarse con todos los niños por igual, le guste o no, puede ser peligroso, pues el niño aprende a tolerar interacciones que le desagradancon otras personas.
De este modo, se le está obstaculizando el desarrollo de la capacidad de decidir con qué personas prefiere relacionarse y rechazar la interacción con personas con las que no se siente cómodo o seguro.
Esta capacidad de decidir con quién relacionarse y con quién no, es fundamental para todas las etapas de la vida, pues nos permite fomentar relaciones que consideramos positivas o enriquecedoras y evitar las que consideramos negativas, dañinas o, incluso, tóxicas.
Cuando permitimos a un niño elegir con quién quiere jugar o con quién quiere interactuar, le estamos ofreciendo una valiosa información, fundamental para el resto de su vida: que puede decidir qué tipo de relaciones establece y con quién y que puede rechazar o evitar relaciones que no desea.
La toma de conciencia de esta opción de relación es protectora frente a relaciones agresivas, abusivas o violentas, pues la persona tiene interiorizado que no debe tolerar cualquier tipo de interacción, que puede alejarse o negarse.
Así, el permitir a los niños decidir con quién quieren jugar es una manera de fomentar habilidades de autodefensa. No podemos pretender que un niño al que se le ha convencido que tiene que ser amigo de todos se defienda de una agresión, pues se supone que ha de ser amigo también del agresor.

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Obviamente, esto no significa que debamos fomentar la falta de respeto a sus compañeros ni el rechazo a otros niños. Simplemente, desde el respeto a todas las personas y la no-agresión, debemos permitirles decidir con quién prefieren relacionarse.

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