Seguramente, la respuesta será… ¡NO! En mayor o menor grado, pero hoy en día, tener una relación sana y natural con la comida es muy difícil. Y no es culpa tuya… Vivimos en un entorno que nos ofrece comida en exceso y a todas horas y lo peor de todo, está completamente normalizado comer productos (que no alimentos) que es bien sabido que son dañinos para nuestra salud…
Entonces, ¿porqué nos dedicamos a comer cosas que sabemos que no son saludables?
La respuesta no es ni fácil ni rápida pero analizaremos varios puntos que influyen.
Hay una presión enorme de la industria por consumir sus productos, y la gran mayoría de ellos no solo no nos aportan nada, sino que dañan nuestro cuerpo: bollería, snacks, comida preparada, yogures azucarados, refrescos… bombas de azúcar, harinas refinadas, grasas de mala calidad y sal. Además nos quieren hacer creer que son productos sanos y buenos para nosotros. Simplemente, nos engañan. Triste pero real.
Vivimos en una sociedad dónde la comida no solo es la manera de nutrir nuestro cuerpo. Es mucho más. La usamos para celebrar muchas de nuestras tradiciones: Navidad, salir con los amigos, pasteles de cumpleaños… Además, hay unas creencias fuertemente arraigadas entorno a la alimentación:
“La comida poco saludable nos hace disfrutar”
“Comer de manera saludable es un sacrificio”
“No pasa nada por comer mal. De algo hay que morir…”
Usamos la comida como una fuente de gratificación inmediata. ¿Cuántas veces has usado la comida como premio? Para ti o para tus hijos… Si te portas bien en el médico, te compro un helado… Cómo hoy he tenido un día muy duro me preparo una pizza para cenar…
Los productos poco saludables tienen propiedades adictivas. Hay estudios al respeto. Consumir frecuentemente productos ultraprocesados altera nuestras papilas gustativas y hace que cada vez necesitamos más dulce y más cantidad de comida de este tipo para saciarnos. Además, cómo tenemos las papilas gustativas alteradas, los alimentos “normales” cómo las verduras, frutas y demás nos nos gustan ni nos apetecen.
Así pues, probablemente tu relación con la comida no sea todo lo natural y sana que debería. No sabes comer según tus niveles de hambre y saciedad y aquellos alimentos que tu cuerpo necesita. Si el tema es más grave, incluso puede ser que sientas ansiedad y que la comida controle tu vida.
Para acabar bien el artículo te diré que es posible conseguirlo, trabajando en ello puedes conseguir tener esta relación sana y natural con la comida. Eso sí, asumiendo que serás un “bicho raro” o más bien un “pionero” y que la gente no entenderá porqué no te atracas de patatas fritas, te tomas 10 cervezas o pasas del pastel en su barbacoa.
Por suerte, cada vez hay más gente concienciada de la importancia de llevar una alimentación saludable y consciente de que la mayoría de los productos que encontramos en el súper ni son necesarios, ni nos benefician. Así que cada vez seremos más los “bichos raros”.
Y ahora cuéntanos, ¿cómo es tu relación con la comida?