Revista Insólito
Thomas Garrigue Masaryk (1850-1937), nació en Hodonin, Moravia, de padres pobres, y comenzó a trabajar muy joven como aprendiz de un herrero. Más tarde logró realizar estudios en Viena y llegó a ser profesor de filosofía en la Universidad de dicha ciudad. Estaba especialmente versado en filosofía inglesa. Participó en la política austro-húngara como federalista, oponiéndose a la germanización de Bohemia y a la política antinacionalista de la burocracia austríaca. Durante algún tiempo, tras declarar su simpatía por los aliados en 1914, vivió exiliado en Londres. En su juventud fue un gran investigador de Cuestiones rusas, y como resultado de sus estudios publicó en 1913 una importante obra histórica titulada El espíritu de Rusia. La versión inglesa de la misma apareció poco después de la guerra, Cuando Masaryk era presidente de la recién creada Checoslovaquia. Algunas de sus obras en inglés son Modern Man and Religion [«El hombre moderno y la religión»] y The ideals of Humanity: How to Work [«Los ideales de la humanidad: cómo trabajar»].
El anarquismo campesino en Rusia
Las grandes esperanzas a que habían dado lugar, tras la catástrofe de Crimea, la liberación de los campesinos y las reformas administrativas se vieron rápidamente defraudadas, y como resultado de ello se desarrolló un movimiento revolucionario que culminó en el asesinato de Alejandro II. La historia pública de ese movimiento es conocida: la libertad parcial estimuló los deseos de una libertad total. Ahora tenemos que examinar las opiniones que hallaron expresión en y a través de dicho movimiento, y que discutir el problema difundido por las prensas clandestinas y las sociedades secretas ilegales, tanto en Rusia como en otros lugares.
La organización secreta de los elementos revolucionarios radicales comenzó simultáneamente en varios lugares y adoptó muy diversas formas. En Moscú surgió una sociedad secreta que, hacia finales de 1865, se había consolidado bajo el nombre de La Organización. En ella se manifestaban dos tendencias: una relativamente moderada, cuyo objetivo era simplemente la difusión de un programa socialista, y otra más radical, que deseaba provocar la revolución mediante la acción directa y, en caso de necesidad, el tiranicidio. Karakozov, que pertenecía al ala izquierda, llevó a cabo el primer atentado contra la vida de Alejandro el 17 de abril de 1866. Tanto él como sus compañeros eran partidarios de Chernishevski, pero Karakozov llevó a cabo el atentado por propia iniciativa y contra la voluntad de la organización.
La agitación se extendió a círculos más amplios mediante proclamas publicadas por las prensas clandestinas de reciente creación. Su objetivo no era tanto formular un programa como ser un instrumento de propaganda política y fomentar el despertar político del pueblo. Las proclamas eran a veces obra de autores y publicistas conocidos, o les eran atribuidas con o sin razón. Estaban dirigidas a la comunidad en su conjunto, o a capas concretas de la sociedad, a las personas cultas y los estudiantes, a los soldados, a los campesinos, a los obreros. Ya en 1854 se publicaban proclamas (por Engelssohn); pero no constituyeron un medio eficaz de propaganda política hasta que el movimiento radical de los años sesenta estuvo en plena actividad.Atrajo mucha atención la proclama antes citada Joven Rusia (mayo de 1862}, que amenazaba con una sangrienta y despiadada revolución; según ella, Rusia sería transformada en un estado republicano y federal; habría parlamentos nacionales y locales, órganos judiciales designados por elección popular, impuestos justos, fábricas y tiendas «sociales», una educación «social» de los niños; se emanciparía a las mujeres, se aboliría el matrimonio y la familia, se suprimirían los monasterios, se tomarían medidas destinadas a atender a los inválidos ya los ancianos, se aumentaría la paga de los soldados, etc. Si el zar y sus partidarios, como podía preverse, atacaban a la Joven Rusia, entonces: «Inspirándonos con plena confianza en nosotros mismos, en nuestras energías, en las simpatías populares, en el espléndido futuro de Rusia, predestinada a ser el primer país del mundo que haga realidad el socialismo, haremos sonar la llamada del clarín: 'Coged las hachas.' Entonces acabaremos con los miembros del partido zarista, les destruiremos sin piedad, como ellos nos han destruido despiadadamente a nosotros, los mataremos en las plazas, si se aventuran a salir a los espacios abiertos, los mataremos en sus moradas, en las estrechas callejas de las pequeñas ciudades, en las anchas calles de las grandes capitales, en los pueblos y en las aldeas. Cuando amanezca ese día, el que no esté con nosotros estará contra nosotros, será nuestro enemigo, y nuestros enemigos han de ser destruidos de raíz. Pero con cada nueva victoria y en la hora de la lucha, no olvidéis nunca repetir: «¡Viva la República rusa social y democrática!»
Se daba a entender que la proclama procedía del «Comité Central Revolucionario». si desea bajar en pdf el texto completodirección: kclibertaria