Revista España
Quantum Minería, la empresa que ha tenido “la valentía”, en palabras del geólogo Pablo Higueras, de lanzarse a la aventura de abrir la que podría ser la primera mina de monacita o fosfato de tierras raras de Europa, en unos campos de labor de los términos de Torrenueva y Torre de Juan Abad, en esta provincia, asegura que el proyecto está “en una fase muy previa, de exploración”.
Lo cierto es a partir de septiembre y con la asesoría para labores de restauración del Instituto de Geología Aplicada de la Universidad regional que dirige Higueras, se harán los primeros trabajos de campo en una parcela experimental adquirida por la empresa para estudiar las posibilidades de la mina, que de salir adelante se asentará sobre unas 300 hectáreas.
“Cuando nos plantearon la idea nos parecía magnífica, desde el principio nos pusimos a disposición de Quantum. Nos gusta que haya venido a buscar a nuestro equipo porque siempre queremos hacer un buen trabajo y lo que ellos quieren hacer es una cosa absolutamente novedosa”.
El equipo de Higueras, formado por geólogos y agrónomos, elaborará un estudio previo de viabilidad de la restauración, con la intención de que las tierras se puedan seguir usando para la agricultura una vez terminada la extracción del mineral, monacita o fosfato de tierras raras, formado por una serie de elementos químicos similares entre sí pero muy distintos a otros que existen en la naturaleza, que están empezando a tener enorme interés comercial por su “importancia estratégica en numerosos procesos industriales”, en aplicaciones tecnológicas como la electrónica de última generación o algo tan común como la luz mediante el sistema LED.
“Participamos en la puesta en marcha de la mina, pero sólo desde el punto de vista de la restauración, no de la actividad minera en sí”, subraya Higueras.
La minería que Quantum quiere practicar en la comarca es del tipo de transferencia, “la más respetuosa con el medio ambiente”, que consiste en abrir una parcela y excavar (en este caso no más de cinco o seis metros de profundidad), para cerrarla después, al tiempo que se abre otra. Es el mismo modelo de la mina Emma, la mina de carbón de toda la vida de Puertollano operada por Encasur y que según Higueras “es un ejemplo a seguir en todo, salvo que aquí no se explotarán más de seis metros de profundidad máxima, y allí son cientos de metros”.
El convenio que firmaron a primeros de julio Quantum y la Universidad de Castilla-La Mancha es para los primeros cuatro o seis meses de trabajo en la parcela experimental, en la que se verá cómo hay que hacer las cosas en el resto de la mina.
El director del Instituto de Geología Aplicada no oculta su entusiasmo con este proyecto, al que un medio nacional como ‘El País’ dedicó hace poco un extenso reportaje titulado ‘La Mancha esconde la mina de tierras raras que agitan el mundo’, que ha hecho saltar la liebre. “Es muy importante porque es de los pocos proyectos mineros que se están retomando en España, además es novedoso en cuanto a los minerales que se explotan, y también por la forma en la que se hace la extracción minera”.
Para Higueras y su equipo que Quantum les haya elegido tiene una doble lectura, “supongo que es por una cuestión regional: que somos la universidad de aquí, y por otro por la experiencia que tiene nuestro instituto en proyectos similares. Nosotros aportamos un equipo de ingenieros agrónomos y geólogos que para estudio resulta importante y de calidad”.Higueras también considera interesante la mina a la que se refiere como “una raya en el agua”, “se viene hablando de cierre de minas durante muchos años porque los metales han tenido unos precios muy bajos, curiosamente ha sido la crisis económica la que ha revalorizado los metales porque ha puesto en marcha o en paralelo a la crisis europea se ha puesto en marcha economías de Asia, como China, o también de Sudamérica que demandan muchos metales y eso ha supuesto una reactivación de la minería”.
El Instituto de Geología Aplicada de la Universidad de Castilla-La Mancha también colabora con Enresa, la empresa que proyecta el almacén centralizado de residuos radioactivos en Villar de Cañas (Cuenca), en un estudio de caracterización de los niveles geoquímicos de fondo de la laguna de El Hito, muy cerca de la zona del almacén y que tiene un valor ecológico e importancia ambiental.
Además han colaborado con Elcogas de Puertollano para esclarecer el ciclo del mercurio en la Central térmica.
Fuente: lanzadigital.com/Belén Rodríguez
Fotografía: J.Jurado
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